Poquito a poco nos vamos metiendo en el meollo de la transgénica cuestión. En esta entrada veremos cuáles son los principales cultivos transgénicos en el mundo, pero primero vamos con una visión general para irnos centrando.
Evolución: Desde los primeros cultivos transgénicos, plantados en seis países en 1996, se ha pasado a cultivarlos en 28 países, alcanzando más de 181 millones de hectáreas. Aunque Estados Unidos sigue siendo líder en este campo, hoy en día se siembran algo más en países en desarrollo que en desarrollados.
Actualmente se cultivan comercialmente 27 cultivos transgénicos: alimentarios (soja, maíz, arroz, trigo, patata, tomate, remolacha, judías, endivia, berenjena, calabaza, papaya, melón, ciruelo, remolacha y caña azucareras), forrajeros (alfalfa y Agrostis), textiles (algodón y lino), oleaginosos (distintas variedades de colza), flores (clavel, petunia, rosa) y otros como la pimienta dulce, el chopo o el tabaco.
La ingeniería genética permite incorporar en la planta más de un rasgo genético; en inglés los llaman «stacked traits» (literalmente » caracteres apilados»), aunque entre nosotros podríamos llamarlos «supertransgénicos». De esta manera las variedades pueden utilizarse durante más tiempo, ya que «vienen preparadas de serie» para afrontar más problemas. Actualmente están disponibles comercialmente el maíz y el algodón resistentes a insectos y tolerantes a herbicidas.
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Mapa de los cultivos modificados genéticamente en el mundo. Fuente: Elaborado por El País a partir de datos de ISAAA (Servicio Internacional para la Adquisición de Programas Agro-biotecnológicos). |
La Soja
Es con diferencia el cultivo transgénico más implantado. Actualmente se cultiva en nueve países y cubre más de 85 millones de hectáreas.
Los principales países productores son Estados Unidos (29 %), Brasil (27%) y Argentina (21%). En EEUU y Argentina prácticamente toda la soja que se produce es genéticamente modificada. En Europa no está permitido su cultivo, por lo que tiene que importarse.
La soja es uno de los se componentes principales del pienso de vacas, cerdos y pollos. Tiene muchísimas aplicaciones industriales: en alimentación (aditivos como la lecitina de soja), pinturas y fabricación de biodiesel entre otros.
Planta y vainas de soja. |
La soja transgénica posee un gen que le confiere resistencia a los herbicidas.
LA RESISTENCIA A HERBICIDAS
Se trata del rasgo modificado genéticamente más común en la agricultura comercial, ya que el control de las malas hierbas es vital para asegura la productividad y la salud del cultivo.
En la agricultura convencional se suele utilizar una combinación de herbicidas selectivos, que afectan solo a determinadas plantas (pe. de hoja estrecha o ancha) o que actúan de distintas maneras. El agricultor ha de saber cual utilizar y en qué momento hacerlo para que no afecte a las plantas cultivadas. Puede ser necesario dar pases en distintos momentos para aplicar distintos productos.
Las plantas resistentes a herbicidas forman parte de una nueva manera de controlar las malas hierbas: la utilización de un herbicida junto con las semillas de un cultivo resistente precisamente a ese herbicida. El producto utilizado es generalmente no selectivo (fulmina a toda planta que ose crecer en el campo de cultivo) y con uno o dos pases se acaba el problema. Este sistema simplifica mucho el trabajo ( sobre todo si el agricultor opta por un monocultivo resistente a herbicida) y permite el ahorro de combustible al disminuir los trabajos de lucha contra malas hierbas.
Actualmente los herbicidas que más se utilizan tienen como ingrediente activo al glifosato ( el famoso Roundup Ready de Monsanto) y el glufosinato ( por ejemplo LibertyLink de Bayer). No es ni mucho menos exclusivo de los cultivos transgénicos y es ampliamente utilizado en el «Laboreo de Conservación», prácticas agrícolas que buscan proteger los suelos frente a la erosión.
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El maíz
El maíz GM se comenzó a cultivar comercialmente en 1997, también en Estados Unidos. Desde entonces su cultivo se ha expandido por todo el mundo hasta alcanzar más de 55 millones de hectáreas. Los principales países productores son: EEUU (cerca del 80% de su producción es GM), Chile, Brasil, Argentina, Sudáfrica y Canadá.
En la Unión Europea somos el país líder en su cultivo de maíz transgénico, con más de 130.000 ha cultivadas. Otros países europeos que también lo cultivan son Portugal, Eslovaquia, República Checa y Rumanía, pero a muy pequeña escala. Las razones del rechazo de Europa a los cultivos transgénicos y del liderato de España en su cultivo las veremos en otra ocasión.
¿Sabías que el 32% del maíz sembrado en España es genéticamente modificado?
El maíz se utiliza principalmente para la alimentación del ganado y como materia prima de la industria del almidón. Esta materia prima es muy utilizado en la industria alimentaria y para la obtención de un combustible, el bioetanol.
Los cultivares transgénicos de maíz actuales poseen dos rasgos genéticos de interés agronómico: la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos. Recientemente se han desarrollado una variedad resistente a la sequía y otra forrajera más digestiva.
El algodón
El algodón se cultiva principalmente en zonas tropicales y subtropicales, también en zonas áridas y cálidas de latitudes medias. La India, China, EEUU, y Brasil son los líderes en la producción de algodón transgénico. En Europa se cultiva en Grecia, Bulgaria y España, pero no variedades transgénicas.
La fibra natural que todos conocemos se obtiene de los «pelos» que rodean a la semilla. Las pelusas también tienen su utilidad en la industria del papel, para elaborar papeles de gran calidad y muy resistentes. Además de las fibras, la propia semilla también contiene un aceite de gran calidad (que se utiliza para freír y como componente de la margarina) y elementos nutricionales muy utilizados en alimentación animal.
¿Sabías que es muy posible que los billetes de tu cartera contengan algodón transgénico?.
El algodón transgénico ha sido modificado para mostrar resistencia a los insectos y a los herbicidas. Se está estudiando también la adaptación a factores locales.
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El gusano de la cápsula del algodón es el protagonista del primer caso documentado de desarrollo de resistencia a un transgénico en la naturaleza. Fuente: ARS/USDA |
Ya han aparecido insectos resistentes a las toxinas producidas por la primera variedad de algodón Bollgard® en la India y China. Era algo que los creadores de la patente esperaban que ocurriera, pero determinadas prácticas (o la ausencia de ellas, como no dejar áreas de refugio suficientemente grandes cultivadas con algodón convencional y la introducción prematura y no autorizada del cultivo) aceleraron, o al menos, facilitaron el proceso. Se han desarrollado además nuevas variedades transgénicas que producen toxinas distintas o en mayor cantidad.
La colza
Es un cultivo oleaginoso (productor de aceite) que todavía arrastra mala fama en España. En la antigüedad se utilizaba su aceite para las lámparas, y desde la revolución industrial hasta hoy se viene utilizando como lubricante. La Segunda Guerra Mundial impulsó su cultivo debido a sus propiedades como lubricante y a las dificultades de suministro de petróleo. Hoy en día se cultiva como materia prima industrial (para obtención de biodiesel, aceites industriales y lubricantes) y alimentaria (aceite de cocina y en la producción de margarina).
El uso alimentario se desarrolló hace mas de 40 años, gracias al trabajo de los mejoradores vegetales que consiguieron cultivares que no producían dos sustancias que inutilizaban el aceite para la alimentación humana o animal (sustancias que no tienen nada que ver con lo que oficialmente provocó el síndrome tóxico en España). En los años setenta se desarrolló la colza «cero», libre de ácido erúcico (que da sabor amargo) y en los ochenta la colza «doble cero» que, además, estaba libre de glucosinolatos (que daban problemas digestivos en alimentación animal). Esta colza doble cero se rebautizó «Canola» (Canadian oil), para diferenciarla de la colza no comestible y porque su nombre en inglés (rapeseed) no era muy comercial («to rape» también significa violar).
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La colza es el cultivo oleaginoso mejor adaptado a latitudes altas y zonas frías, lo que hace a Canadá claro líder en este cultivo, seguido de lejos por EEUU y Australia. Actualmente no se cultiva colza transgénica en Europa pero sí la convencional. Fuente: Syngenta Canada. |
Actualmente toda la colza transgénica que se cultiva en el mundo es resistente a herbicidas. Hay también colza con un gen insertado que causa esterilidad de las flores masculinas (esto facilita la producción de híbridos al evitar la autopolinización). Se está trabajando en variedades con una mejor composición en ácidos grasos de cara a su uso alimentario y como pienso.
La patata
La patata ha sido y sigue siendo un cultivo importantísimo para la seguridad alimentaria mundial, pero también para la industria, ya que es una buena fuente de almidón. Aun no siendo un cultivo transgénico importante la incluyo en la lista por lo que representa.
¿Sabías que los europeos nos comemos una de cada cuatro patatas producidas? Aproximadamente la mitad se utiliza para alimentación del ganado y el cuarto restante para la producción de almidón y alcohol.
La patata «Amflora» hasta hace poco era, junto con el maíz, el único cultivo transgénico permitido en Europa y nos sirve para ilustrar los problemas a los que se enfrentan las empresas obtentoras a la hora de introducir en Europa cultivos transgénicos.
Esta patata fue creada por la empresa alemana BASF para uso industrial y para alimentación animal. Se empleó la «tecnología antisentido» que, abreviando mucho, consigue bloquear la expresión de un gen, el responsable de la producción de amilosa, uno de los tipos de almidón existentes en la patata. Las patatas obtenidas solo producían el otro tipo, la amilopectina, lo cual es tremendamente ventajoso desde el punto de vista industrial.
Después de estar 12 años para conseguir la autorización para su cultivo, el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó que se habían vulnerado las normas del proceso de autorización y retiró la autorización. Los señores de BASF imagino que hartos de la burocracia, decidieron irse con su tecnología y sus patentes a cultivar patatas a otra parte (aquí podéis saber más).
Otra curiosa historia sobre patatas GM la tenemos con la patata «Innate», recientemente aprobada en EEUU (el artículo de la historia lo podéis leer aquí, en inglés). Es una patata modificada genéticamente, que no transgénica, con varios objetivos: que tenga menos magulladuras que restan valor al producto (lo cual ayuda a reducir el despilfarro de comida), que no pardee al exponerla al oxígeno y, la que era a priori su mejor baza, que al freírla produzca menos acrilamida (compuesto sospechoso de ser carcinogénico). La gracia del asunto es que la empresa que desarrolló esta patata, JR. Simplot es un importante proveedor de patata congelada de Mcdonalds (que consume unas cuantas). A lo mejor pensó que a McDonalds, por eso de limpiar la fama, le encantaría tener entre su oferta culinaria una patata frita menos cancerígena. El caso es que a los del payaso no les convenció que se les asociara con transgénicos – lo que viene siendo ir de Guatemala a Guatepeor en términos de marketing – y dejaron a Simplot con la patata caliente en las manos. Ni cortos ni perezosos, han decidido que la venderán precortada en paquetitos, aprovechando eso de que no se pone marrón. En vista de que vender salud no les dio mucho resultado, la siguiente versión «Innate 2» incorpora otra cualidad muy interesante desde el punto de vista agronómico, la resistencia al tizón, una de las bestias negras del cultivo de la patata, haciéndola atractiva a agricultores que al fin y al cabo son los que compran la semilla.
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La patata en cuestión. Fuente. |
La berenjena
Al igual que la patata, no está en el «top five» de los cultivos transgénicos, pero la incluyo como ejemplo de cultivo GM transgénico obtenido en un país en vías de desarrollo.
La berenjena es una hortaliza muy consumida en la India, y popular entre los pequeños agricultores y los consumidores de pocos recursos. Su problema es que es muy vulnerable a un bichito que se zampa frutos y brotes, al estilo del taladro del maíz, por lo que su cultivo requiere de un uso intensivo de insecticida. Los daños en frutos pueden alcanzar el 95% y se han registrado pérdidas del 70% en plantaciones comerciales.
Para luchar contra el dichoso bicho, además de los insecticidas y los métodos de control biológico, se intentaron desarrollar cultivares resistentes mediante mejora tradicional, pero con poco éxito, ya que no tenían a mano variedades o parientes resistentes que le prestaran sus genes. Así, fue una bacteria y la biotecnología las que permitieron obtener una Berenjena «Bt Brinjal» resistente al ataque del taladro.
Esta variedad fue desarrollada por una empresa privada de semillas que donó la tecnología a instituciones públicas de investigación. De esta manera se pudieron desarrollar variedades Bt híbridas que llegaran a todos los agricultores gracias a la cooperación entre instituciones de investigación públicas y privadas.
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Berenjena transgénica limpita y convencional estropiciada por el bicho. Fuente: UPLB IPB Bt Eggplant Project, 2014 |
Otros cultivos
La tolerancia a herbicidas también está presente en la alfalfa (cultivada en EEUU), remolacha azucarera (EEUU y Canadá) y chopos (en China).
La resistencia a virus la podemos encontrar en la papaya (China y Hawaii) y en calabaza (Estados Unidos).
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A pesar del recurso fácil de llamar a los cultivos transgénicos los frankensteins vegetales, esta calabaza no lo es. De hecho son ecológicas y cuestan una pasta (125 dólares). Fuente: Tony Dighera
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Mis principales fuentes de información para elaborar esta entrada han sido:
http://www.gmo-safety.eu.
(lamentablemente ya no existe).
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