¿Qué es la estrategia One Health?
Se trata de una estrategia conjunta de aproximación de la salud humana, animal y medioambiental. Un instrumento de encuentro y trabajo conjunto entre disciplinas muy distanciadas en la práctica, a pesar de compartir una amplia base de conocimientos (bioquímica, fisiología, microbiología, estadística…por citar algunos). Se trata de buscar puntos en común que sirvan para “gobernar” sus actuaciones a partir de ahora, por la cuenta que nos trae.
¿Por qué es necesaria?
Porque existen las llamadas zoonosis, es decir enfermedades o infecciones que se transmiten de los animales vertebrados a los humanos directa o indirectamente. ¿Qué vamos a contar que no sepamos ya a estas alturas? Tristemente, de una manera u otra todos hemos sufrido la Covid-19, pero no es la única.
¿Sabías que 13 zoonosis son responsables de 2.2 millones de muertes al año, como son la gripe, la tuberculosis, rabia, brucelosis, fiebre Q y hepatitis B?
Actualmente hay descritas más de 200 tipos de zoonosis. Los organismos causantes de la enfermedad pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales y propagarse a los humanos por contacto directo, a través de los alimentos o el medio ambiente. Los mecanismos de transmisión son variados y a veces complejos.
Se agrupan en dos tipos:
- Zoonosis no alimentarias: pueden darse por contacto con el animal como la rabia, la hidatidosis (perros) o psitacosis (aves) o a través de vectores. Los vectores son organismos que transportan los patógenos de un individuo a otro; los mosquitos y las garrapatas son dos buenos ejemplos.
- Zoonosis alimentarias: aquellas cuya vía de transmisión está asociada al consumo de alimentos. Pueden estar provocadas por bacterias (Salmonella o Listeria) o por parásitos (que causan la triquinosis o la anisakiosis). Seguro que os suenan, aunque sea por las noticias.
¿Y esto desde cuándo ocurre?
Las zoonosis siempre han estado ahí. Tenemos por ejemplo la peste negra en el siglo XIV con la combinación bacteria (Yersinia pestis) + pulga + rata. La rabia, causada por un virus, se pudo combatir gracias a Louis Pasteur que logró la primera vacuna en 1885. Sobre la mal llamada gripe española solo se sabe con certeza que el primer caso confirmado de gripe española no se originó en España, sino probablemente en Kansas, y que la pandemia no comenzó en humanos sino en aves.
Sin embargo existe un dato significativo: hasta un 75% de las nuevas enfermedades que afectan a los seres humanos surgidas en los últimos 10 años tienen su origen en animales.
Esto es un problema de desilgualdades
Muchos expertos apuntan a dos causas íntimamente unidas que agravan el problema: la desigualdad social y la degradación ambiental.
El efecto protector de la biodiversidad lleva estudiándose desde hace una década. Un ecosistema “sano” o “intacto” posee muchas especies que establecen entre sí complejas relaciones, por lo que cuando surge una enfermedad es fácil que el resto de especies amortigüe el daño. Es lo que se denomina el efecto protector de la biodiversidad “por dilución”.
La destrucción de hábitats empobrece y simplifica los ecosistemas impidiendo que cumplan esa función protectora.
Vivimos de espaldas a la naturaleza, pero nuestra salud depende de ella mucho más de lo que queremos admitir. Un dato curioso para escépticos: el declive masivo de anfibios en Centroamérica durante la década de 1980 causado por un hongo podría estar relacionado con el aumento de brotes de malaria en Costa Rica y Panamá en la última década del s.XX. Y por cierto, desgraciadamente también ocurre en sentido contrario: el ser humano y sus actividades están dispersando enfermedades que afectan a la fauna silvestre.
¿Sabías que el 60% de los patógenos que causan enfermedades humanas provienen de animales domésticos o silvestres?
¿Dónde ocurre?
El Covid-19 ha llegado a todos los continentes, la Antártida incluida, que para eso es una pandemia. Podría decirse que los seres humano somos las “patas” del virus, allá donde nos desplacemos el irá con nosotros. Y en un mundo globalizado llegará más lejos todavía.
¿Sabías que existen 200 enfermedades zoonóticas en el mundo, transmitidas al ser humano tanto por animales silvestres como domésticos?
Pero ¿quiénes tienen que unirse?
El enfoque “One health” implica la colaboración de múltiples profesiones de ciencias de la salud, junto con sus disciplinas e instituciones relacionadas. Así, el conocimiento de las zoonosis se beneficia del trabajo en equipo y la comunicación entre los especialistas en muy diversas disciplinas: medicina humana y veterinaria, epidemiología, virología, entomología, zoología, genética, inmunología, ecología, climatología, etc.
Desde el punto de vista práctico conviene no olvidar a los profesionales que trabajan a pie de campo: si hay alguien acostumbrado a vacunar a miles de seres en tiempo record y a mantener vigiladas y bajo control enfermedades como la tuberculosis, la brucelosis o gripe aviar, esos son los veterinarios. Junto con los ingenieros agrónomos y los propios ganaderos, son los responsables de garantizar la bioseguridad de las instalaciones, para que no entre o salga ningún patógeno de ellas. Conviene no olvidar además que ellos mismos están especialmente expuestos a estas enfermedades.
¿Sabías que más del 20% de las pérdidas de producción animal en el mundo está causado por enfermedades animales?
¿Cómo se puede conseguir?
De una manera muy fácil en la teoría – mediante el trabajo en equipo y la transmisión de conocimientos – pero que en la práctica no lo es tanto.
Visto lo que nos jugamos, uno podría pensar que debería haber alguna institución internacional relevante que ejerza un liderazgo claro a la hora de enfrentar el problema. Lo más cercano que he encontrado es el Sistema Conjunto FAO- OIE – WHO de aviso temprano sobre amenazas a la salud y riesgos emergentes en la interfaz humano-animal-ecosistema, en inglés GLEWS+.
Qué tenemos en la UE y en España
A nivel de la UE tenemos a la EFSA o al Programa Conjunto Europeo One Health. A nivel español citar la web del Ministerio de Agricultura, donde es fácil encontrar información sobre las zoonosis. No en vano, el Cuerpo Nacional Veterinario está ligado a este ministerio, el Instituto de Salud Carlos III (perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación), trabaja en ello también, y ahora el conocido Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que actualmente vigila atentamente dos zoonosis más aparte del Covid.
Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES)
La meningoencefalitis causada por el virus del Nilo occidental es un buen ejemplo de trabajo conjunto de profesionales de distintos ámbitos. Desde 2007 se lleva realizando el Plan de Vigilancia del VNO que incluye el seguimiento en aves, équidos, mosquitos, y humanos. Los mosquitos se trampean para estudiar su distribución, época de actividad de las especies “peligrosas” y posible presencia del virus mediante PCR.
Los caballos y aves se vigilan a dos niveles: mediante vigilancia pasiva (estudio de los individuos con sintomatología compatible con la enfermedad) y vigilancia activa (análisis de muestras centinelas en áreas geográficas que se consideren de riesgo como suelen ser los humedales). Cuando se detecta circulación viral en animales y/o en vectores se inicia vigilancia epidemiológica activa en humanos, aunque en zonas donde ha habido casos en años previos la vigilancia se activa desde finales de primavera hasta finales de otoño, cuando están activos los mosquitos vectores. Los primeros casos en humanos España se diagnosticaron en 2010
A modo de reflexión final, esperemos que la comunidad de científicos, ambientalistas y profesionales de la salud consigan que este enfoque “One health” reciba la atención necesaria, por el bien de todos.