Cada vez es más frecuente que grandes cadenas de supermercados se apunten a modas y tendencias, digamos “buenrollistas” respecto a la alimentación. Es algo positivo si se trata de un compromiso verdadero para que nos alimentemos mejor y con un menor impacto en el medio ambiente.
Hace poco nos encontramos con este cartel en una conocida empresa de distribución alimentaria. En él se informaba sobre una de las acciones que estaban llevan a cabo, dentro de su estrategia de RSC (Responsabilidad Social Corporativa). Nos fijamos en varios, pero hubo uno que se ganó el privilegio de protagonizar la segunda entrega de este máster, “Detección de bulos y mentirijillas varias sobre alimentos”.
De hecho, no es una mentira gorda como para sentirse engañados, ni nada de lo que debamos preocuparnos. Pero nos viene de maravilla para explicar qué es una vaca autóctona. Al fin y al cabo, las usan como reclamo para vender.
Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España
La guerra está perdida con los reclamos de tipo “natural”, “tradicional”, “artesano” o similares. Son difíciles de delimitar y su uso no está regulado aún.
En el caso de las “razas autóctonas” sí que existe una norma que dice bien clarito cuáles son y qué las caracteriza. Están recogidas en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, que contiene la relación oficial y la clasificación de todas las razas y variedades ganaderas reconocidas en España. Fue aprobado como anexo de un Real Decreto.
En la parte superior del cartel hay una imagen de una vaca lechera, la que todos conocemos, la blanca y negra. La frisona de toda la vida. El texto al que acompaña nos informa que la leche de la marca blanca de ese supermercado procede de vacas autóctonas, y que se produce y envasa en España.
Qué pasa con la vaca frisona
Pues bien, la vaca frisona NO es una raza autóctona española. Se trata de una Raza integrada en España, definida en ese Real Decreto como, “aquella que se ha incorporado plenamente al patrimonio ganadero español, con más de veinte años en nuestro país […]”.
La vaca frisona procede de la región de Frisia, situada entre Holanda y Alemania, aunque es cierto que lleva muchísimo tiempo en España, desde 1926. Al principio todos los animales que se importaban procedían de Europa, hasta que en Norteamérica se pusieron a mejorar la raza por su cuenta para crear las frisonas tipo “Holstein”. En definitiva, que como mucho, podríamos considerarla española de adopción.
Esta vaca, a día de hoy, es la mayoritaria en las explotaciones lecheras españolas – del censo de vacas lecheras, 793.667, tienen base racial frisona (96% del total) – y en las de gran parte del mundo. Produce en torno a 30 litros diarios de leche, con una proporción determinada y muy constante de grasa y proteínas, para adaptarse a la normativa y a la demanda de los consumidores.
Vamos a suponer que, aunque el diseñador del cartel puso la primera vaca que encontró en la base de fotos, los responsables de la campaña decidieron mantener la idea de que toda la leche que venden como marca blanca procede de razas autóctonas.
Qué se entiende por raza autóctona.
El Catálogo define las razas autóctonas españolas como “las que se han originado en España”, e incluye dentro de este grupo a las “razas de fomento” (las que por su censo y organización se encuentran en expansión) y a las “razas en peligro de extinción” (las que se encuentran en grave regresión o en trance de desaparición).
Así que hemos tenido la santa paciencia de mirar en el ARCA cuántas razas de bovinos autóctonos tienen doble aptitud, es decir, que podrían producir leche en la cantidad y calidad adecuadas como para que compense ordeñarlas a diario.
Razas de fomento
Dentro de las razas de fomento, ni una. Dentro de las 32 razas consideradas en peligro de extinción solo tenemos a la Pasiega de Cantabria, a la Frieiresa y Limiá orensanas, y como representantes insulares a la menorquina y la canaria.
Entre todas no llegan a 6.000 animales, y la poca leche que producen, como suele ser más rica en grasa y caseínas, se intenta vender en forma de productos lácteos elaborados como quesos (Canaria y Menorquina) y/o mantequilla (Pasiega).
Las dos razas gallegas las hemos incluido en la lista porque en sus orígenes tenían triple aptitud, carne + leche + trabajo. Quizás en otros tiempos estas vacas sí producían la leche que pudiera consumir una familia. Leche que variaba de composición (y, por tanto, de sabor y aspecto) a lo largo de las estaciones. Algo que hoy en día muy poquitos consumidores aprecian (menos aun los que compran con frecuencia la leche en este tipo de establecimientos), a pesar de que esa variación sí que es natural.
En conclusión, no sabemos cuántos litros de leche se venderán bajo la marca propia en cada uno de los súper e hipermercados de esta cadena de distribución, pero de lo que estamos seguros es que no puede proceder de razas autóctonas porque no hay suficientes vacas ni estas producen lo que se demanda.
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