Tiempo después, en la Semana verde de Berlín, amigos periodistas belgas nos hablaron de la llamada “cosecha de hierro”. Además, un amigo y colega estadounidense, Steve Werblow me mandó un artículo suyo sobre el tema.
Se conoce como “Cosecha de hierro” a todos los restos de artillería sin explotar y otro material de guerra que queda enterrado y va saliendo a la luz una vez terminada la contienda. Tristemente el suelo europeo es rico en este tipo de cosecha. Es más, este término se refiere principalmente a los restos de la Primera Guerra Mundial encontrados en los campos franceses y belgas por donde atravesaba el Frente occidental.
Los restos de una guerra
Se estima que cayó una tonelada de proyectiles por cada metro cuadrado de tierra, y que alrededor de uno de cada cuatro, al aterrizar en los campos fangosos de la zona, se hundía sin explotar. Así, se han conservado muchos proyectiles latentes, todavía capaces de matar, como lamentablemente ha ocurrido en demasiadas ocasiones. Por si fuera poco también aparecen municiones que contenían gas mostaza, que aún hoy son letales. Otro problema es la contaminación del suelo y el agua debida a la corrosión de estas bombas.
El tranquilo paisaje agrario que hoy puede verse por los campos de Marne, Somme, Ypres y Verdún, esconde material de guerra depositado allí desde entonces. Todos los años, varios miles de proyectiles son encontrados por granjeros u operarios durante la construcción de carreteras o tendidos subterráneos . Muchos granjeros, mientras trabajan en el campo están pendientes de cualquier sonido extraño. Un sonoro clanc, que interrumpa de repente el sonido del arado cortando la tierra, puede ir seguido de una explosión, o no, por lo que, para evitar daños al conductor, los tractores se acorazan por debajo.
Responsabilidad del gobierno belga
Aun a pesar de todo, y en nuestra opinión, belgas y franceses aún pueden sentirse afortunados por la limpieza de zonas y compensación llevada a cabo por el gobierno. Un ejemplo no tan lejano de otras “cosechas de hierro” es el de los más de 100 civiles afganos muertos o heridos al mes, la mayoría de ellos niños y granjeros, por minas o bombas sin explotar que fueron sembradas durante la guerra entre la Unión Soviética y Afganistán.
“Pipes of Peace”
Y precisamente de los años ochenta es este video de Paul McCartney, “Pipes of Peace”, que nos va a venir bien para acabar con un punto de optimismo y de espíritu pacifista. Y es que recuerda el único alto el fuego que hubo, precisamente el día de navidad de 1914, por iniciativa de los soldados de ambas trincheras.