Las vacas y ovejas necesitan tomar forrajes para que funcione correctamente su complejo sistema de estómagos, pero puede ocurrir que en primavera tengamos más pasto del que nuestros animales pueden consumir, o que no haya nada disponible. Pues se recurre a los forrajes “en conserva”, o lo que es lo mismo, el ensilado. Aquí te lo explicamos.
En qué consiste el ensilado
El ensilado es un método de conservación del forraje. El forraje puede estar formado por las hierbas que crecen espontáneamente en los prados o por las plantas cultivadas expresamente para alimentar al ganado, como el maíz o la alfalfa.
Una vez recogido el forraje, se somete a un proceso de conservación para poder disponer de el durante todo el año. Cuando se conserva en seco obtenemos el heno y cuando se conserva en húmedo se obtiene el ensilado, que mantiene mejor las cualidades nutritivas del pasto.
El proceso de ensilado consiste en recoger la hierba en el momento adecuado, picarla y disponerla en un silo. Hay varios tipos distintos de silos, en cualquier caso se deposita el forraje y se compacta para quitar la mayor cantidad de aire posible.

Proceso de fermentación
Una vez tapado, comienza el proceso de fermentación, mediante el cual unas bacterias fermentan el forraje produciendo ácido láctico. El ácido baja el pH del material ensilado e impide el desarrollo de las bacterias responsables de la putrefacción.
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