El importante papel de las abejas
Todos sabemos el importante papel de las abejas en los ecosistemas. El 80% de las especies de plantas con flores necesitan la ayuda de un polinizador para reproducirse. De manera similar, juegan un papel fundamental en el desarrollo de algunos cultivos y se estima que el 30% de los alimentos del planeta se obtienen gracias a ellas
La abeja es un insecto fascinante del que cada día se descubren cosas más asombrosas, pero aquí solo queremos destacar la íntima relación que tienen con algunas plantas. Al obtener su alimento en las flores están ayudando a las plantas a reproducirse. Al transportar el polen de una planta a otra permiten la fecundación de las flores y, por tanto, la formación de frutos.
¿Sabías que la contribución anual de las abejas a la agricultura europea está cifrada en más de 22.000 millones de euros?
Pero no solo las abejas polinizan cultivos, también hay muchos polinizadores salvajes: abejorros, abejas solitarias, avispas, dípteros, coleópteros, etc., que también son importantes para muchos cultivos.
Las abejas se nos mueren
A finales de 2006 comenzaron a aparecer colmenas vacías en Estados Unidos, Europa y Asia, fenómeno que se bautizó como Síndrome de colapso de la colonia (o CCD, Colony Collapse Disorder).
Entre los principales culpables “vivos” del declive de las abejas se identificó al virus israelí de parálisis aguda, al parásito unicelular Nosema ceranae, y como no, al ácaro parásito Varroa destructor. Este último es cada vez más resistente a los productos químicos usados para combatirlo. De todas maneras, existe un estudio en el que tras un análisis del cuerpecillo de estos insectos, se les encontró ADN de más de 30.000 posibles culpables, como virus, parásitos y hongos.
Los científicos suman a las enfermedades dos factores que señalan al ser humano como corresponsable. Por un lado, una mala nutrición, que puede deberse a muchas causas (destrucción y simplificación de hábitats o cambio climático, por ejemplo) y por otro, la exposición a determinados pesticidas, ya que como insectos que son, les afecta el uso sistemático de estas sustancias.
Si quieres saber sobre las abejas y lo que les está ocurriendo, Marla Spivak lo cuenta muy bien en esta charla TED.
¿Qué pasa con los pesticidas neonicotinoides?
Seamos sinceros, ¿alguien sabía algo de los neonicotinoides en el momento de firmar en su contra?, ¿qué son?, ¿cómo actúan, para qué se utilizan? Y, sobre todo, ¿existen productos alternativos de similar eficacia?
La nicotina es muy tóxica
¿Alguna vez habéis oído o hecho eso de pulverizar plantas con “extracto de colilla de cigarrillo”? Este insecticida doméstico puede ser peligroso para el hombre, en caso de ingestión accidental, y muy poco ecológico. Mata a todo bicho viviente que se asome por los rosales del jardín o las tomateras del huerto. Esto se debe al tremendo poder tóxico de la nicotina: cincuenta veces más que la cocaína, cuatro veces más que el arsénico y sólo la mitad que el curare.
En consecuencia, como la nicotina es tóxica para el ser humano, altamente degradable y poco específica para las plagas a las que se pretendía controlar, los fabricantes de pesticidas investigaron hasta dar con una sustancia que tiene el efecto de la nicotina, pero menos desventajas. Y así, a principios de los años 90 salieron al mercado los pesticidas neonicotinoides.
La llegada de los neonicotinoides
Se utilizan para proteger los cultivos de la colza, el maíz, el girasol o remolacha azucarera frente a los pulgones y otros insectos chupadores de savia. Se aplican como cobertura en la semilla o como gránulos en el suelo, y así al crecer la planta lo incorpora a todos sus tejidos. De esta manera, cuando el bicho se alimenta de savia, estas sustancias presentes en ella interrumpen la transmisión de impulsos entre sus células nerviosas, y adiós bicho.
¿Sabías que uno de los nicotinoides, el imidacloprid se utiliza en las pipetas antipulgas para perros y gatos? Malo para las abejas, bueno para las mascotas.
El problema es que estas sustancias también llegan al néctar y al polen, el alimento de muchos polinizadores. Si, por las razones que sean, se encariñan con las flores de estos cultivos, al ir libando de una y de otra, puede que acaben acumulando en su cuerpo una cantidad excesiva de estas sustancias. Esto se traduce en desorientación e incapacidad para volver a la colmena, o, en el peor de los casos, su muerte.
El “Principio de Precaución”
Eso es que pusieron de manifiesto dos publicaciones en la revista Science, que estudiaban el papel en el CCD de insecticidas sistémicos neonicotinoides. Para tomar la decisión de prohibir estas sustancias, la Comisión Europea se basó en un informe sobre los neonicotinoides encargado a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Sus resultados indican que tres sustancias, el imidacloprid, la clotianidina y el tiametoxam, suponen un “riesgo agudo” para las abejas y por tanto recomiendan limitar su uso en algunos cultivos.
Aunque en ese mismo informe se reconoce que hacen falta datos para obtener conclusiones más fiables. Así que la Comisión, aplicando el “Principio de Precaución” uno de los principios rectores de la política ambiental europea, decidió prohibirlos de forma parcial durante dos años, a la espera de “novedades científicas y técnicas relevantes” al respecto.
Quién gana y quién pierde
A las industrias fabricantes de pesticidas, que invirtieron tiempo y dinero para desarrollar estos pesticidas muy utilizados, la perspectiva de que se los quiten del mercado no les agrada lo más mínimo.
Así que las quejas frente al veto de los neonicotinoides no se hicieron esperar y enseguida se habló de perdidas. Más de cien millones de euros en pérdida de cosechas y como no, de puestos de trabajo. También denunciaron la insuficiente base científica, el avance en protección al medio y eficacia que suponen esos productos.
No les falta la razón, pero no hay que olvidar que en España hay muchos otros cultivos que dependen de los polinizadores o se ven favorecidos por su acción: árboles frutales, cucurbitáceas (melones, pepinos, calabazas, calabacines), oleaginosas (girasol, colza), las leguminosas forrajeras (alfalfa, trébol), otros cultivos hortícolas e incluso la vid.
Nos han dicho que las pérdidas económicas estimadas que causaría en veto en Europa podrían elevarse a 4.500 millones de euros anuales. Pero, por otra parte, se estima en 22.000 millones de euros el coste en pérdidas de quedarnos sin abejas. Ahora bien, considerando que las causas de su desaparición son múltiples, ¿Qué parte de ese coste es achacable al uso de dichos pesticidas?
Desde nuestro punto de vista, se tomó una decisión correcta: un no temporal y con limitaciones.
Actualizaciones
- En 2015 se realizó un llamamiento a las partes interesadas para que aportaran la información que creyeran conveniente. En la 2016, EFSA emitió un informe admitiendo la toxicidad para las abejas de estas sustancias cuando se utilizan en aplicaciones foliares.
- 30 de mayo de 2018: la Comisión adoptó el Reglamento para prohibir en su totalidad los usos al aire libre de imidacloprid, clotianidina y tiametoxam. Publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea el 30 de mayo de 2018.
- 20 de mayo de 2022: Aunque la norma prohibió el uso de estas sustancias, contempló la posibilidad de que los Estados Miembros recurran a la “excepción de emergencia” por un período de hasta 120 días. Esto permite autorizar de forma temporal productos prohibidos si “dicha medida parece necesaria debido a un peligro que no puede ser contenido por ningún otro medio razonable”.
No sorprende a nadie el hecho de que los EEMM hayan hecho uso no pocas veces de esa excepción, lo cual hace pensar que en su momento se aprobó un reglamento difícil de cumplir, o que se limitaron a aplicar eso de “cambiar algo para que nada cambie”.
En concreto, en 2022 en España se autorizó el uso para la siembra de remolacha. Los agricultores tienen que cumplir con una serie de condiciones (enfocadas a minimizar el impacto) para obtener la autorización.