Seguro que de una manera u otra os ha llegado la típica historia de Internet, que no tiene ni padre ni madre pero que circula de maravilla porque tiene los ingredientes básicos para hacerlo: información sobre alimentos + morbo + cierta conspiranoia + solución milagrosa. Se trata de “los cinco venenos blancos”. Uno de ellos es la leche.
Comencemos por la primera afirmación: “Somos el único animal que sigue tomando leche de adultos y encima ¡¡¡DE OTRA ESPECIE!! A nivel biológico es una aberración”. Este manido argumento, al que le ha faltado añadir algo así como que “los chinos no toman leche y les va estupendamente”, puede que tenga algo de verdad, pero dicho así suena muy fuerte.
Documentación sobre nutrición
En temas de nutrición preferimos recomendaros dos estupendas entradas del Nutricionista de la General:
Intolerancia a la lactosa. Esto es un trastorno genético que consiste en la pérdida a la edad adulta de la capacidad de fabricar una enzima, la lactasa. Ella es la encargada de romper el azúcar de la leche (la lactosa), y por tanto de digerir bien la leche. Y que, mucho nos tememos, está generando una moda anti-lactosa similar a la del gluten.
Extracción de la leche de vaca
Ahora vamos con “los procesos actuales de extracción de la leche de vaca”; que son para tomarlos con pinzas. Así, sin más, afirman que “se las estresa médicamente con clembuterol y diversos medicamentos”.
Lo del estrés médico
¿Pero no estamos hablando de vacas lecheras? El CLEMBUTEROL U OTRAS HORMONAS DEL CRECIMIENTO, se utilizarían para el engorde de terneros, peeero ESTÁN PROHIBIDAS en la Unión Europea, salvo por prescripción veterinaria.
¿Podrían especificar a que“diversos medicamentos” se refieren? A lo mejor se han documentado y estaban pensando en la oxitocina. Esta hormona a veces se utiliza para favorecer la bajada de la leche, por ejemplo cuando la vaca está nerviosa. Esto no suele ser necesario con un buen manejo de los animales y por tanto no es la norma, ya que no resulta práctico pinchar todos los días dos veces pongamos a 20, 100 o 500 vacas. Además, administrar oxitocina si que es una práctica corriente, que además causa un estrés importante, en los paritorios humanos y eso parece que lo tenemos asumido.
Lo del estrés mecánico
No contentos con esto también afirman que se las estresa mecánicamente. Ya me imaginaba yo a la pobre vaca en un potro de torturas medieval, cuando aclaran simplemente que se trata de “fogonazos de luz artificial cada 4 horas para que se pongan a producir”, entre otras ideas que ahora comento.
En España, los cubículos de las vacas suelen estar en establos grandes, normalmente abiertos y al aire. Lógicamente en zonas donde los inviernos son de aúpa si que están cerrados. Así que vosotros nos diréis cómo diantres se les pueden dar fogonazos de luz, ¿quizá en la cámara secreta de las torturas de la vaquería?. Ni siquiera a las gallinas, animales en los que sí se utilizan ciclos de luz-oscuridad (para simular el día y la noche), se les dan fogonazos, porque directamente también ESTÁ PROHIBIDO.
Lo del hacinamiento
¿Qué entienden exactamente por “hacinamiento”? Cada vaca tiene su cubículo, relleno con arena o incluso una especie de colchoneta, que se mantiene siempre limpio. Para hacinamiento tenemos el metro en hora punta o las calles comerciales en plena euforia consumista navideña.
¿Y por “estabulación”? A lo mejor alguien todavía piensa que “lo natural” es que la vaquera vaya alegremente por el prado en busca de la vaca, con su banquetita y su cubo, la ordeña a mano, lleva la leche a la vaquería y vuelta al prado a ordeñar la siguiente. Algo poco práctico. Es cierto que las granjas no tienen por qué tener necesariamente acceso a prados, pero lo habitual es que tengan amplios corrales en los que moverse con libertad.
Esto sí es cierto
“La separación de sus crías”, esto sí que es cierto en la producción de leche actual, pero como estrés mecánico no lo veo. Las vacas de leche se crían para que nos den leche a nosotros y las de carne para que alimenten a sus terneros, que también nos los comeremos nosotros. Ningún ganadero va a tener a sus vacas dando de mamar a los terneros durante – ¿1, 2, 3 meses? de los diez que dura el ciclo de lactación– cuando de lo que viven es, precisamente, de vender leche. De todas maneras sí que se les da a los terneros recién nacidos el calostro de sus madres para aportarles inmunidad.
Miedo me da pensar en los “métodos forzosos de procreación”. ¿Será que todo establo cuenta con un malvado toro acosador?, ¿se referirán quizás a esa manía del veterinario o ganadero en meterle mano a las vacas sin consultarlas siquiera o sin hacerles unos mimitos previos? Aunque no es raro que se tenga un toro en la granja, efectivamente en la actualidad se suele recurrir a la inseminación artificial por varios motivos.
Lo de la mastitis
Todo este supuesto estrés mecánico “les produce unas mastitis horribles que luego hay que curar con antibióticos”. Esto ya es de traca. Entre las variadas causas de mastitis (inflamación del tejido mamario) la primera es, evidentemente, estar dando de mamar o produciendo leche. Como muchas madres lactantes saben, el riesgo está ahí, y evitarlo forma parte del catecismo del ganadero responsable de cuidar de 20, 50 o 500 vacas lactantes. Entre las numerosas causas que la provocan tenemos lesiones en las ubres, suciedad, exceso de ordeños o un mal funcionamiento del sistema de ordeño (este último sí que puede considerarse estrés mecánico).
Aún en el caso de que el ganadero fuera un desalmado al que le importa un pito el bienestar de sus vacas, sería un perfecto inútil. Tratar con antibióticos implica que toda la leche que se produzca, no solo durante el tratamiento sino también tras unos días de periodo de retirada del medicamento del cuerpo del animal, se deshecha ya que es completamente ilegal venderla.
Eso sin contar con las mastitis subclínicas, que no molestan a la vaca pero afectan ligeramente a la calidad de la leche, la cual se paga menos al ganadero. Por tanto, si las mastitis fueran la norma en el establo, el ganadero estaría tirando leche, dinero y trabajo por el desagüe.
Calidad y sanidad, ante todo
No contentos con considerar a los ganaderos inútiles y/o malvados, ignoran o incluso trivializan los aspectos más elementales del procesado de la leche. Efectivamente “toda estaporquería química” (justo la misma que no tenemos reparo en utilizar en cuanto estamos malitos) “va a parar a la leche”. Pero cuando un camión cisterna cargado de leche con restos de antibióticos llega a la industria, esta lo devuelve a su propietario para que, hablando mal, “se lo meta donde le quepa”.
Leche UHT o pasteurizada
La leche que sí cumple con los requisitos sanitarios y de calidad, establecidos por legislación y por la propia empresa, será “pasteurizada” si se va a vender como leche fresca (no se matan todos los gérmenes) o sufrirá el proceso UHT (mata más gérmenes que la otra), si va para envase de larga duración.
La leche es un producto vivo, que naturalmente tiene microorganismos procedentes del entorno de la ubre. Algunos son más peligrosos que otros, pero afirmar que se pasteuriza “para que no nos muramos en el acto” es, coherentemente con el título del artículo, elevar a la leche cruda a la categoría del cianuro.
Conclusiones del artículo
Para terminar nos cuenta que “El resultado (…) es unlíquido blanco con mayor o menor nivel de grasapero con0 valor nutricional, al que hay que añadir posteriormente todas las vitaminas, calcio, omegas… para que alimente algo” , y las proteínas, el calcio y demás nutrientes, ¿podrían explicarnos exactamente en qué momento desaparecen? Francamente, en estos temas el autor tiene un lio fenomenal, y le animaría a meterse en el Blog de Gominolas de Petróleo o en el del Nutricionista (o cualquier otro blog de nutrición y alimentación mínimamente serio), busque por “leche” y se ponga a documentarse un rato.
Claro, faltaba la alternativa vegetariana
Y, cómo no, la propuesta (sospechosamente vegetariana),cambiarse a leches vegetales, como si en la producción vegetal no se utilizaran pesticidas o fungicidas y fuera todo maravilloso, como muestra la ilustración que acompaña al artículo. Es curioso y sintomático que a la soja le pongan pegas por “todo el tema de transgénicos” y por las flatulencias más que por la posible influencia en determinados consumidores de sus abundantes fitoestrógenos (sustancias de origen vegetal muy similares a hormonas femeninas) .
La pena es que el artículo comienza con buen pie, pidiendo una mayor educación alimentaria. Pero tan nociva es la información prefabricada que a menudo ofrece la industria alimentaria como la llena de bulos y mitos de las más variopintas fuentes. Y esta es una de las razones de la existencia del “Proyecto Conocer la Agricultura y la Ganadería” dar una información atractiva, imparcial y ajustada a la realidad, de cómo se producen los alimentos. Así que mientras nadie me demuestre con argumentos de peso que estoy jugando con mi salud, seguiré consumiendo este bendito y lento veneno, que es la leche.
Actualización (noviembre 2019):
El enlace al artículo al que hace mención esta entrada ya no está vigente. Pero, tristemente, las ideas erróneas sobre muchos de los aspectos tratados siguen muy vivas en la mente de muchas personas.
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