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Conocer la agricultura y la ganadería actividades educativas en colegios

LOS COMIENZOS DEL PROYECTO “CONOCER LA AGRICULTURA” EN CARTAGENA

¿Quieres saber cómo empezaron las primeras actividades con juegos gigantes del Proyecto Conocer la Agricultura y la Ganadería? En esta entrada te lo contamos.

Desde hace tiempo, el Proyecto Conocer la Agricultura y la Ganadería lleva a los colegios versiones agrícolas de juegos clásicos para que los niños aprendan. En esta entrada os contamos como fueron nuestros inicios, porque siempre hay un primer día para todo.

Dados gigantes sobre un tablero también gigante

Un juego de mesa, por los suelos

Tras dos años divulgado a través del blog, el proyecto de divulgación Conocer la Agricultura y la Ganadería desarrolló un nuevo “vástago”, que necesitó bastante tiempo y dedicación hasta estar preparado para probarse con el público más difícil y divertido a la vez: los niños.

Se trataba del juego “La aventura de Conocer la Agricultura”, que como podéis ver está basado en el juego de la oca. Utilizar este juego no es ninguna novedad, pero en aquel momento no conocíamos ninguna versión con tema agrícola, al menos en España. Evidentemente hay juegos de simulación de granja, más o menos realistas, para ordenador (simagri) y móviles (Hay-Day), pero nuestro juego es más sencillo y nace para divulgar: con una o dos veces que juegues ya te das cuenta de lo difícil que puede ser el trabajo de un agricultor.

En Francia parece que nos llevan ventaja en esto de los juegos de mesa inspirados en las activiades agrícolas.

¿Qué buscamos con este juego?

La relación de la mayoría ciudadanos con la agricultura y los alimentos es francamente curiosa. Se presupone que la granja (solemos evitar la palabra “explotación”, que echa para atrás a más de uno) es un lugar idílico donde se vive estupendamente alejado de problemas y presiones propias de la gran ciudad. También se espera que los alimentos sean naturales per se (a ver quién define “natural”), y cuanto más se alejen de esa naturalidad más perjudiciales serán para la salud….etc. Sin embargo, como consumidores, tenemos una abundancia y diversidad de alimentos impensable hace unas décadas a la que nos costaría mucho renunciar, posible en gran parte a la aplicación de la ciencia y la tecnología. El agricultor, por su parte, puede producirlos al ritmo que demandamos, con la calidad que exigimos y a precios razonables también porque invierte e innova en su profesión.

Estas ideas son las que queremos transmitir, y el juego de la oca es el vehículo ideal para hacerlo. El hecho de que nos apoyara Syngenta en este lanzamiento es que, de alguna manera nuestro juego también incluye dos ideas que guían el trabajo de esta empresa a día de hoy: los desafíos alimentarios y de sostenibilidad para el 2050 y la importancia de la agricultura y la tecnología para afrontarlos. Nos parece un planteamiento razonable y cuando algo es positivo, lo lógico es sumar fuerzas.

Nuestra experiencia en la Universidad de Cartagena

Con motivo de la celebración de la tercera edición del Campus de la Ingeniería en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) presentamos nuestro proyecto de la mano de Syngenta. La finalidad del Campus es presentar la ciencia y la tecnología de una manera atractiva y motivadora; y qué mejor para motivar que un juego. Si el juego contribuye a mostrar la importancia de los avances científicos y tecnológicos en la agricultura de hoy en día, objetivo cumplido.

Vayamos al grano. Nos dejaron un espacio libre donde plantamos nuestro tablero de juego gigante, acompañado de dos dados también gigantes. A continuación os dejamos unas cuantas fotos que ilustran nuestra contribución al Campus.

Monitora contando las instrucciones de un juego gigante
Todos en la casilla de salida, salvo el primer jugador. Ha caído en la casilla de nuestro agricultor – que por entonces se llamaba Andrés Agustín -, que ha innovado en su trabajo y por eso avanza hasta el siguiente y vuelve a tirar.
Niños jugando a un juego de la oca gigante
Todos querían tirar los dados. Como tarea para la próxima jornada, nos propusimos más participativo aún el juego.

Ya lo dijo Benjamín Franklin:

“Dime y lo olvidaré, enséñame y puede que recuerde, involúcrame y aprenderé”.

Niños mayores jugando a un juego de la oca gigante
Las simulaciones por ordenador están muy bien, pero jugar con tus amigos sobre un tablero de 5 x 5 m y con dados gigantes, no lo haces todos los días. Todo el que pasaba quería jugar.
Afortunadamente, teníamos una versión del juego para los más peques.
Y otra para los mayores.
Esta niña cayó en la casilla de la sequía. Tres turnos sin tirar hasta que adapte sus cultivos y su forma de trabajar a las nuevas condiciones del clima.
Bastante bien se lo tomó.
Chicas posando encima de un juego de la oca gigante
La foto de rigor al terminar el juego. Fijaros en la casilla 42, en ella las malas hierbas invaden el cultivo por no haber tomado medidas preventivas. Es nuestra favorita.

Otras actividades complementarias

Niños viendo una urna con abejorros en su interior
Los visitantes pudieron ver a los abejorros responsables de polinizar las tomateras y plantas que crecen en invernadero. Aquí también hay mucha ciencia.
Nuestro colega de Syngenta explicando en qué consiste el Good Growth Plan, antes de enseñarles los insectos con los que trabajan para controlar plagas.
Y al acabar, de regalo, un magnífico libro.
¡¡¡ Primera plana en la prensa local !!!. El esfuerzo mereció la pena.

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