vaca corriendo maratón

¿QUÉ TIENEN EN COMÚN UNA VACA LECHERA Y UN ATLETA?

Descubre qué es la aptitud lechera y por qué no todas las vacas son aptas para producir leche. Y te lo explicamos utilizando a los corredores, porque somos así de chulos.

Si os planteamos la pregunta: ¿todas las vacas producen leche? Nos tomareis por tontos y como sois lectores inteligentes responderéis que obviamente si, porque son mamíferas. Pero quizás entren dudas si reformulamos la cuestión: ¿todas la vacas valen para producir leche? Para responderlo es necesario conocer un concepto importante en ganadería: la aptitud lechera.


Y en esta entrada lo vamos a explicar comparando a las vacas con atletas. Porque, de la misma manera que nada tienen que ver un corredor de maratón con uno de velocidad, las vacas mejoradas para producir leche o carne son dos mundos distintos.

Es cuestión de aptitud

Imagina unos mundiales de atletismo y los diferentes tipos de atletas que participan. Un maratonista profesional recorre largas distancias (42 km) en horas, mientras que un velocista corre distancias muy cortas (100, 200, 400 metros) durante segundos o minutos. Aunque ambos son humanos y atletas, sus cuerpos funcionan de forma muy distinta. Además de un concienzudo entrenamiento, para destacar es necesaria una predisposición genética que los haga más aptos para una u otra disciplina.

Los velocistas son más musculosos y robustos, tienen mayor masa muscular sobre todo en las piernas y el tren superior (de la cadera para arriba). Los maratonistas suelen ser menudos, con muy poco porcentaje de grasa corporal y mayor proporción de fibras de contracción lenta. La diferencia principal entre ambos está en como utilizarán su energía: desarrollando una fuerza explosiva durante unos segundos o administrándola durante horas sin desfallecer.

Imagen de wal_172619 en Pixabay

De la misma manera, existen vacas mejor preparadas genéticamente para producir leche o carne. Una vaca lechera no sería buena opción para ponerla a tirar de un carro, igual que un maratonista probablemente no le ganaría una carrera de 100 metros a un velocista. Y al revés: una vaca de carne (criada para producir músculo) apenas dará la leche necesaria para criar a su ternero, de la misma manera que a un velocista le costará correr durante horas.

Por tanto, la aptitud lechera de una vaca se refiere a su capacidad para producir leche de forma eficiente. Algunas están preparadas para dar mucha leche, otras para alimentar y criar bien a terneros que nos darán carne —las de aptitud cárnica— , y otras valdrán para ambas cosas sin ser excepcionales en ninguna —las de doble aptitud—.

La importancia de la mejora genética

Con genética nos referimos, a grandes rasgos, a aquellas características que se hereda de los progenitores.

En atletas, y en otros muchos deportes, según el cuerpo que tengas serás más competitivo en una disciplina u otra: no tienen nada que ver maratonistas, nadadores, gimnastas, levantadores de pesas o jugadores de baloncesto. Ese cuerpo lo puedes haber heredado de tus padres o abuelos, o puedes habértelo trabajado a base de tesón y esfuerzo. La antropología nos puede dar muchas pistas de por qué diferentes grupos humanos dominan en algunos deportes y no vamos a meternos ahora en ese berenjenal.

Afortunadamente en el caso de las vacas la explicación es mucho más sencilla: el ser humano ha criado y seleccionado diferentes razas con objetivos muy concretos: principalmente para aumentar la cantidad y la calidad de leche (que se mide en cantidad de proteína y grasa). Mediante la mejora genética se eligen y reproducen las vacas con ubres grandes , capaces de convertir el alimento en leche en vez de musculo o grasa corporal y de mantener esa producción bastantes meses después de que nazca el ternero; algo que en la naturaleza no tiene ningún sentido, pero para el ganadero si.

detalle de las ubres de una vaca
Una buena ubre está pegada al cuerpo, ya que si cuelga mucho da problemas, y tiene unas buenas venas y arterias para que llegue bien la sangre cargada de nutrientes.

Obviamente la genética no lo es todo. Para que todo ese potencial que tienen tanto los atletas como las vacas se haga realidad es importante entrenar, evitar el estrés a los animales y una buena alimentación ajustada a las necesidades de cada organismo.

¡Cómo hemos cambiado!

Antiguamente, cuando gran parte de la población vivía en el medio rural, era más fácil que una familia tuviera una o dos vacas en el corral. Lo suficiente como para tener leche, hacer queso y criar a un ternero. Y claro, en esas circunstancias, las vacas de doble aptitud eran las reinas. Todo cambió durante el siglo XX con el despegue de la ganadería intensiva, la cual alimentar a una población cada vez mayor y más urbana tuvo que optimizar la producción de leche por un lado y de carne por otro.

Si vemos las cifras en España podremos hacernos una idea. Por ejemplo en los años 80 la producción media de leche de vaca estaba cercana a los 3.000 litros por vaca y año, en los años 2000 se aproximaba a los 6.000 litros por vaca y año y en esta década de 2020 la media son unos 8.000 litros por vaca y año.

Obviamente, el hecho de que en 50 años la producción haya mejorado un 150% no se debe sólo a la mejora genética. Este aumento ha ido acompañado de una mejor alimentación de los animales con dietas más equilibradas y ajustadas a sus necesidades, un ordeño cada vez más totalmente automatizado y al control individual de la salud y bienestar de las vacas. En definitiva, gracias a la ciencia y la tecnología.

Pequeña guía de razas vacunas

La Frisona o Holstein es la raza de vacas mas especializada en producir leche de todas, y también la más conocida gracias a sus características manchas blancas y negras (aunque las hay blancas y rojas). Suelen tener una apariencia “delgada” y no es porque pasen hambre precisamente —ya hemos visto que se las alimenta casi como a atletas—.
En este blog tenemos debilidad por la raza Jersey, una pena que sea poco utilizada en España. Es algo más pequeña que la frisona, de color marrón claro, con ojos grandes y expresión dulce. Produce menos cantidad de leche, pero esta es más rica en grasa y proteína mayor, ideal para producir mantequilla y queso.
Otra raza muy conocida es la Parda Suiza, con tamaño grande y pelaje gris o marrón. Produce leche con un buen equilibrio entre cantidad y calidad de leche con lo que también es ideal para producir quesos. Imagen tomada de aquí.
También hay otras razas como la Simmental o Fleckvieh, originaria de Suiza y Alemania, de gran tamaño, pelaje blanco con manchas rojizas pero con doble aptitud para producir carne y leche, con lo que su apariencia es mucho más “fuertota” que las anteriores. Imagen tomada de aquí.
Vaca charolesa en prado
La vaca Charolesa es un buen ejemplo de vaca de aptitud cárnica, una especie de tanqueta de cuatro patas: fíjate en lo recto que es el lomo, la forma de las patas y el tamaño de las ubres; justo el extremo opuesto a la frisona y de la que hablaremos en otra entrada.

¿Seriáis capaces ahora de ver una vaca en el campo y decidir si es de aptitud lechera o cárnica?

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