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recogida de aceitunas en olivo

ABECEAGRARIO: VECERÍA

La vecería es un fenómeno habitual en algunos árboles, silvestres y cultivados. en esta entrada te contamos en qué consiste.

La vecería, también conocida como alternancia o añerismo, es un fenómeno habitual en especies silvestres y ciertas plantas cultivadas, especialmente árboles frutales y olivos. Consiste en la producción cíclica de frutos: un año de abundancia seguido de otro de baja o nula cosecha.

Los agricultores conocen bien este fenómeno ya que puede afectar a la rentabilidad de sus cultivos. Es una tendencia natural de las plantas, pero afortunadamente para evitarlo minimizar sus efectos existen diversas herramientas. En esta entrada te explicamos este proceso y cuales son esas herramientas.

¿Cuáles son las causas de la vecería?

Existen varios motivos que explican esta tendencia natural, que varían según la especie y las condiciones ambientales. Entre las principales se encuentran:

  1. La genética: Algunas variedades de árboles frutales tienen mayor predisposición genética a la vecería. Por ejemplo, las variedades de manzana ‘Gala’ tienen menor tendencia a la vecería que las ‘Golden Delicious’.
  2. El clima: las heladas tardías, sequías o temperaturas extremas pueden afectar la formación y desarrollo de yemas florales. Esto afecta a la producción de flores y frutos al año siguiente.
  3. Un cultivo poco cuidado: Una poda inadecuada, la falta de riego o una fertilización deficiente pueden debilitar al árbol. Esto supone una disminución en su producción a corto o medio plazo.
  4. Excesiva carga de frutos: si un año un árbol produce una cantidad excesiva de frutos, agota sus reservas de nutrientes. Por tanto, al año siguiente apenas podrá producir frutos hasta que se recupere.
manzano con frutos
Algunas variedades de manzano (Malus domestica) muestran alternancia en la producción, influenciada por factores como la carga frutal del año anterior y las prácticas de manejo del cultivo.

Cuando las plantas “piensan” a medio plazo

La vecería en el fondo es otra estrategia de supervivencia de las plantas parecida a la de producir sustancias tóxicas. En este caso lo que busca es aumentar las posibilidades de que sobrevivan y se dispersen sus semillas; el truco está en influir en las poblaciones de depredadores que se alimentan de ellas.


Esta alternancia en la producción de semillas es común en especies que producen semillas tipo nuez (ricas en grasas y proteínas para los animales) como las encinas, robles, hayas y algunos pinos. Durante los años de alta producción de frutos, esta gran cantidad es mucho mayor de lo que pueden consumir los depredadores, lo cual permite que una mayor cantidad no sean comidos y tengan así la oportunidad de germinar y establecerse.


Por el contrario, los años de baja producción afectarán negativamente a las poblaciones de ratones, córvidos o ciervos (por citar algunos predadores), que se encuentran sin una fuente importante de alimento. Así, al año siguiente habrá muchos frutos y menos individuos que los consuman. De esta manera la estrategia de vecería ayuda a asegurar que, al menos en algunos años, una proporción significativa de las semillas pueda escapar a la depredación, convertirse en arbolitos y contribuir así a mantener la especie.

ovejas pastando debajo de una encina
La vecería en las encinas (Quercus ilex) también está muy estudiada. Aunque no están tan domesticadas como los frutales, en la dehesa se seleccionan ejemplares con bellotas dulces y menor vecería, de manera que tengan todos los años una buena producción de bellotas sabrosas listas para la montanera o para complementar la dieta de otras especies ganaderas. Justo lo contrario que haría una encina silvestre.

Estrategias para reducir la vecería

Gracias a la investigación agrícola se comprenden mejor las causas de la vecería y se han desarrollado técnicas para manejarla ya que es difícil eliminarla por completo. Generalmente se combinan buenas prácticas agrícolas (poda, riego y fertilización adecuada) con una adecuada selección vegetal.

La selección consiste en elegir y desarrollar variedades o cultivares que presenten una producción más estable año tras año. Esto se hace mediante mejora genética clásica, y cada vez más ayudándose de la biotecnología, que ayuda a identificar los genes asociados a una producción constante de frutos.

También es importante seleccionar un buen portainjertos (en esta entrada explicamos lo que son) ya que son los responsables de absorber los nutrientes así como de regular el vigor y por tanto la floración del árbol.

Dentro de las buenas prácticas agrícolas se puede destacar:

  1. Aclareo de frutos: Consiste en eliminar una parte de estos en los años de alta producción para equilibrar la carga y evitar que el árbol agote sus reservas.
  2. Poda adecuada: Ayuda a mantener un equilibrio entre el crecimiento vegetativo del árbol y la producción de frutos, favoreciendo la formación de yemas florales para la siguiente temporada.
  3. Fertilización equilibrada: Asegurar una nutrición adecuada del árbol es esencial para mantener su vigor y capacidad productiva.
  4. Riego eficiente: Proporcionar el agua necesaria en momentos críticos del desarrollo del árbol puede prevenir el estrés hídrico y favorecer una producción más constante.
Olivo
Lo hemos dejado para el final, pero si hay un árbol especialmente vecero ese es el olivo (Olea europaea), en el que un año de cosecha abundante suele ser seguido por otro de producción reducida. Este patrón puede deberse a la competencia dentro del mismo árbol entre el desarrollo de frutos y la formación de yemas florales para la siguiente temporada. Dentro de la especie hay variedades con una producción más regular, como ‘Arbequina’, y otras más veceras como la ‘Picual’. Fuente Estepa – Lechines antiguos.

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