Nos hemos atrevido a plantar cacahuetes en nuestro huerto experimental y, ¿a ver qué ocurre? Tendremos que esperar al otoño para ver si nuestro experimento ha tenido éxito.
Así, para empezar, os diremos que el cacahuete se reproduce de una forma peculiar: escondiendo sus frutos.
Un fruto en tierra de nadie
Si nos fijamos en su composición nutritiva, podríamos meterlo en el mismo saco de los frutos secos. Sin embargo, la planta que los produce está muy lejos de parecerse a un majestuoso nogal o un humilde almendro. Los cacahuetes se desarrollan en el interior de una vaina, al igual que los guisantes y las judías.
La planta del cacahuete forma una mata que alcanza el medio metro de altura. Podría recordar algo por su tamaño o sus hojas a las habas o la alfalfa, ya que pertenecen a la misma familia de las leguminosas. Así que, aunque cueste creerlo, los cacahuetes están emparentados con los garbanzos secos.
Sin embargo, muchas veces se asocian a los frutos secos porque desencadenan reacciones alérgicas similares y por su riqueza en aceites (oleico y linoléico).
El efecto avestruz
Lo que hace peculiar a esta planta es la manera en la que maduran sus frutos una vez se han polinizado las flores.
Una vez fecundada, la flor (se autopolinizan) pierde los pétalos y se convierte en una estructura alargada unida por un pedúnculo a la planta. Esta estructura se denomina “clavo”.
Pues bien, este “clavo” buscará el suelo para enterrarse en su interior. Una vez el extremo del clavo, que contiene el embrión del fruto – se ha introducido en la tierra, gira en ángulo recto para quedar paralelo a la superficie. A partir de entonces el fruto comenzará a madurar y a tomar la típica forma de cacahuete. Mientras, la planta sigue creciendo y emitiendo flores, hasta llegar a formar en torno a cuarenta vainas.
¿Sabías qué pasan de cuatro a cinco meses desde que se siembra hasta que se cosecha el cacahuete?
Este video está en inglés, pero muestra muy bien el aspecto de los clavos (“pegs”) y cómo se introducen en el suelo.
Cultivo y cosecha del cacahuete
La planta del cacahuete se desarrolla mejor en suelos ligeros y sueltos, donde fija sus “clavos” sin problemas, que evitan malformaciones de los frutos y facilitan la cosecha. Por si acaso, siempre es recomendable realizar un laboreo previo del suelo, para que la planta lo encuentre mullido para desarrollar sus frutos. Le gusta el calor (tª entre 22-26 ºC) y no demanda mucha agua. De hecho, le viene bien el tiempo seco durante la maduración y recolección del fruto.
Al ser leguminosa, es capaz de fijar nitrógeno del aire y convertirlo a una forma asimilable para las plantas, por lo que solo requiere aportes de potasio y fósforo (nitrógeno, fósforo y potasio son los tres nutrientes principales). El momento de decidir cuándo se cosecha es vital. Si te adelantas, muchas vainas quedarán sin madurar y si te pasas, las vainas se desprenderán del pedúnculo que las unía a la planta y se perderán en el suelo.
La cosecha se realiza en dos etapas: en los sistemas mecanizados se utiliza una máquina que corta la raíz principal por debajo del suelo justo por debajo del nivel que se encuentran las vainas de cacahuete. La máquina arranca la mata y la deja boca arriba, con las vainas fuera del suelo. De esta manera, los cacahuetes se secan poco a poco durante tres o cuatro días.
En este video podéis ver cómo se cosechan los cacahuetes.
Tradicionalmente, se arrancaban y se le daba la vuelta a mano. Una vez lo suficientemente secos, se trilla la planta para eliminar los restos de la mata. Es muy importante que se sequen bien y se almacenen en condiciones de humedad adecuadas. Si esto no ocurre, pueden infectarse por un hongo llamado Aspergillus flavus, que tiene algunas cepas capaces de liberar unas sustancias tóxicas llamadas aflatoxinas. Esto supone todavía un problema en países donde los sistemas de almacenamiento y control de los cacahuetes son deficientes.
Otro alimento con historia viajera
El cacahuete comparte origen con la patata, el altiplano andino, y lleva cultivándose desde hace 2000 años. Desde allí lo extendieron los españoles a otras zonas de América y al Caribe, y los portugueses, sobre todo, a África y Asia.
Ya que le gusta el calor, su produce en regiones tropicales y subtropicales. Por esto mismo, las mayores producciones proceden de Asia.
El término cacahuate procede de la lengua náhuatl – tlālcacahuatl – que significa “cacao de la tierra”. En México y Honduras se utiliza esta palabra para referirse a la planta y el fruto, mientras que en otras regiones americanas y en España se utiliza el variante cacahuete.
Curiosamente en las islas del Caribe, donde se hablaba taino, se utiliza la palabra maní, que también compartida con algunas regiones españolas para referirse a los frutos repelados y fritos; ¿adivináis cuáles? pues las Islas Canarias, y Vigo y Chapela, al suroeste de Galicia.
¿Sabías que en la mayor parte de Murcia a las vainas se les llama avellana?
Y, ya que estamos en plan cultural, que no va a ser todo botánica y agronomía, os invitamos a escuchar la canción de Antonio Machín, “Manisero”, una canción popular cubana.
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Con los manises ocurre lo mismo que con las habichuelas, te lo cuento en la entrada ABECEAGRARIO: JUDÍAS.
Y otro alimento viajero importante que nos viene de América y que está relacionado con el cacahuete, al menos etimológicamente hablando: EL CACAO, LA HISTORIA DE UN ALIMENTO VIAJERO.