Vamos con una palabra antigua y una imagen, que la gente del campo posiblemente todavía reconozca.
¿Qué es?
Se trata de una unidad de medida tradicional española; anterior al desarrollo del sistema métrico decimal. Y lo es además tanto de volumen como de superficie.
Por una parte es un recipiente de madera, de un volumen predeterminado, que contiene la semilla que se va a sembrar. Por otra parte, la “fanega de puño” o “de sembradura” es el espacio de tierra en que se puede sembrar todo el grano contenido en esa fanega.
Por ejemplo: una fanega castellana tiene una capacidad de 55.5 litros. Se puede subdividir en “almudes”, “celemines”, “cuartos” y “cuartillas”. La foto que encabeza esta entrada corresponde a un cuarto conservado en el museo de la agricultura de Torremocha del Jarama.
Los nombres que recibe
El volumen y la denominación varían mucho en las diversas regiones y comarcas españolas; no es igual la fanega castellana, andaluza, valenciana o gallega. También varía según la calidad del terreno donde se siembra: puede ocurrir que en los terrenos buenos, donde se siembra más denso una fanega equivalga a un tercio de hectárea, mientras que en zonas secas y pobres equivalga a dos tercios de hectárea.
La fanega estaba adaptada a los tiempos en los que se sembraba a voleo. Hoy en día se utilizan máquinas sembradoras, con depósitos que miden en litros, y enganchadas a tractores que avanzan por el terreno cubriendo hectáreas.
PD. Sabiendo que mucha gente de Hispanoamérica nos lee, aprovechamos la ocasión para preguntaros si allí también las utilizáis todavía.