Con la vuelta al cole queremos presentaros a Juan Luis Fradejas. Este ingeniero técnico agrícola además de dar clases de mecanización agraria en el INEA de Valladolid dedica fines de semana y festivos a las labores agrícolas que demanda su pequeña explotación ecológica. Está inmerso además en el máster intensivo que implica ser padre de dos niñas, tal como apunta en su “bio”.
La agricultura funciona a temporadas, a veces hay mucho trabajo y otras se está más tranquilo. Le hemos pillado en buen momento para preguntarle cómo se apaña para compatibilizar todas estas tareas, lo que implica ser agricultor ecológico y alguna anécdota relacionada con su trabajo.
¿Desde cuando eres agricultor? ¿Merece la pena económicamente ser agricultor profesional?
Desde septiembre de 2019, aunque siempre he estado vinculado a la agricultura, ya que mi padre y mi abuelo también lo eran.
Económicamente, ser agricultor profesional tiene sus desafíos. Aunque no es fácil ser rentable en el contexto actual, creo firmemente que merece la pena. Es cuestión de buscar la manera de optimizar métodos, cultivos, manejos y técnicas para adaptarse a las circunstancias; también el tamaño de superficie de la explotación es clave para que merezca la pena o no.
Como agricultor ecológico ¿qué cultivos produces?, ¿qué ventajas e inconvenientes ves a este tipo de producción?
En mi explotación, me centro en cereales y leguminosas. Actualmente cultivo avena ecológica para consumo humano y veza para heno, destinada a la ganadería ecológica.
Las ventajas de la producción ecológica son varias: te vuelves más autosuficiente, reduces la dependencia de insumos externos y contribuyes de manera positiva al medio ambiente. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes para mí en la producción ecológica es que, al seguir este modelo hay que tener mucha paciencia para hacer labores en el momento adecuado y bien, porque de lo contrario no tendrás éxitos.
¿Tienes formación específica vinculada al sector agrario? ¿En qué medida crees que se ajusta a al día a día de un agricultor?
Sí, soy graduado en Ingeniería Agrícola y del Medio Rural. Además, me esfuerzo por seguir formándome constantemente, porque en este sector, uno nunca debe dejar de aprender. La formación es clave, no solo por los conocimientos que aporta, sino también porque te permite abrir la mente a nuevas ideas y enfoques.
Según la estación tus tareas cambian considerablemente, pero ¿podrías contarnos cómo es un día típico en las épocas de más trabajo?
Mi actividad en el campo se concentra durante los fines de semana, días festivos y periodos libres, ya que combino mi trabajo como agricultor con otro por cuenta ajena en la escuela de ingeniería agrícola INEA de Valladolid. Generalmente empiezo los viernes por la tarde, organizando y planificando las tareas, revisando las parcelas in situ y preparando el tractor y los aperos. Los sábados y domingos en los que tengo que hacer tareas, suelo madrugar para aprovechar al máximo las horas de luz y, siempre, rezando para que no haya ninguna avería que retrase el trabajo.
¿Cuál consideras que es la parte más difícil de tu trabajo? ¿la más aburrida? ¿Y la que más satisfacciones te da?
La parte más difícil de mi trabajo es cuando las condiciones climáticas o agronómicas requieren hacer mucho trabajo en muy poco tiempo. La presión puede ser intensa en esas situaciones. Se acrecienta a que a veces yo no puedo hacer las labores cuando quiero. Y también, pues cuando el clima no acompaña, “vivimos expuestos al cielo” …
En cuanto a la parte más aburrida, no diría que hay algo que realmente me aburra, ya que disfruto mucho de todo lo que hago.
Lo que más satisfacción me da es ver cómo los cultivos crecen y se desarrollan, apreciando que todo sigue su propio ritmo. Cuando llega el día de la cosecha y si todo ha salido bien, es muy gratificante ver los resultados del esfuerzo y el trabajo invertido. Además, las horas que paso en el tractor son un momento de desconexión para mí, disfrutando del paisaje, de los amaneceres y atardeceres, mientras escucho música o algún podcast interesante. El hecho de no tener un horario fijo y tomar tus propias decisiones también es gratificante.
Eres además profesor de mecanización agraria en la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola de Valladolid ¿animarías a los jóvenes a estudiar esta carrera?
Sin duda, animaría a los jóvenes a estudiar esta carrera. La agricultura y el mundo agroalimentario de hoy en día es un sector que exige cada vez más conocimientos técnicos y especializados. Estudiar esta carrera no solo te proporciona las herramientas para ser más eficiente, sino que también te abre la mente a nuevas tecnologías y prácticas innovadoras. Además, te ofrece la oportunidad de participar en la modernización del campo y de contribuir a la alimentación sostenible, que es un desafío global.
Es una carrera actualmente con mucha demanda, con futuro, llena de retos y satisfacciones para los alumnos y que incluso les abre puertas para trabajar en la administración.
Si pudieras dejar un mensaje a un consumidor en un envase de los cereales que produces, ¿qué le dirías?
Le hice la pregunta a mi hija pequeña, Julia, y quiero compartir su respuesta:
– Pues… “¡GRACIAS! Gracias por comprar mi avena”.
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