El diccionario de la RAE recoge la expresión “ser un cardo (borriquero) para referirnos a una persona que es desagradable o arisca”. Alguien a quien evitamos acercarnos o lo hacemos con muchas precauciones, simplemente para evitar pincharnos.
Pero seguro que os viene a la cabeza alguna que otra personas arisca pero que tiene un corazón de oro. Lo mismo le ocurre al cardo; es mucho más que una hierba pinchuda que crece en caminos, huertas y campos de secano. Y en esta entrada vamos a contarte el porqué.
Hay un cardo (o dos) para cada cosa
Este es el primer aspecto a tener en cuenta. Cada uno destaca por un motivo. Los hay comestibles como el cardo de huerta (Cynara cardunculus), que va a ser nuestro principal protagonista, o los cardillos o tagarninas (Scolymus hispanicus L.). Aprovechamos para recordar que la alcachofa no es más que un cardo domesticado.

Seguro que muchos os estaréis preguntando cual es exactamente el “cardo borriquero” y la de ese nombre. Realmente varios cardos reciben ese nombre, pero Cirsium vulgare y Onopordum acanthium son los más conocidos como tales. Este ultimo puede llegar a confundirse con el cardo mariano, pero son más altos y mas que hojas parece que tiene tallos con alas. Como curiosidad, contaros que el nombre científico de onopordum quiere decir, literalmente, pedo de burro. Esto se debe a que es el único cardo que le gusta a estos animales, pero si comen muchos les causa trastornos intestinales.

El cardo como hortaliza
Aunque se ha recurrido a otras especies, lo cierto es que Cynara cardunculus es el más utilizado. Algunos de sus nombres comunes: cardo de huerta, de comer, dulce…ya nos dan una idea.
La parte más apreciada de esta planta son las pencas, es decir, la base carnosa de las hojas. Aunque también se consumen los corazones de sus flores tiernas e incluso el troncho y los pecíolos de las hojas pelados. Se preparan mayoritariamente en cocidos, arroces y potajes.
Ingrediente de algunos quesos
Otro uso alimentario de esta planta, quizás más habitual que como verdura, se debe a su capacidad para cuajar la leche con la que se elaboran ciertos quesos. Actualmente se utilizan sobre todo cuajos sintéticos, producidos por microorganismos, pero tradicionalmente se sacaba del estómago de terneros jóvenes, tal como contamos en esta entrada.
Las pequeñas flores lilas del cardo se pueden utilizar como cuajo para cualquier tipo de queso, aunque hay dos que seguro que conoces – la Torta del Casar y la Torta de la Serena – a los que aporta sus características distintivas. Las flores se ponen en remojo en agua y se echa el líquido amarillento resultante en la leche tibia. Este liquido contiene una sustancia que, al entrar en contacto con la leche cruda, provoca la formación de la cuajada, que es el primer paso en la elaboración del queso. En este tipo de quesos de pasta blanda, el cuajo vegetal les aporta un sabor ligeramente amargo, una complejidad aromática inconfundible y su típica textura cremosa.
Como fuente de energía
¿Os lo esperabais? Resulta que nuestro cardo protagonista también puede utilizarse como combustible tal como apuntan proyectos europeos como “BIOCARD”. Esto se debe a que el aceite extraído de sus semillas es similar al de girasol y puede ser modificado para obtener biodiesel. Además, la biomasa restante puede aprovecharse como combustible sólido, por ejemplo en forma de pellets.
El cardo es una planta que requiere pocos cuidados y puede cultivarse en zonas de secano, lo que la convierte en una opción interesante para producir biodiesel en regiones áridas. Por si fuera poco, también hay estudios de campo y ensayos en invernadero sobre su capacidad para descontaminar suelos a la vez que se aprovechan como combustible, lo cual ,de conseguirse, sería rizar el rizo.
Y para terminar
Nos gusta cerrar con una curiosidad, ¿sabias que los cardos aparecen en los escudos de algunos lugares? Quizás sepas que el cardo es la flor nacional de Escocia, y ha sido un símbolo importante en sus escudos heráldicos desde hace más de 500 años. Si las autoridades le otorgan a alguien una medalla con un bonito cardo no debería tomárselo mal, ya que representa uno de los altos honores que el país puede otorgar a un individuo.
No se sabe muy bien exactamente qué especie de cardo representa a los bravos escoceses. Ni tampoco si la leyenda sobre porqué esta flor y no otra. El caso es que cardo está presente en muchas entidades, empresas y clubes de Escocia, como la policía.

Lo curioso es que también existe una región, en este caso la Lorena francesa, que tiene al cardo borriquero como uno de sus símbolos.
En definitiva, un cardo es una planta que nos resulta poco atractivo al estar recubierto de espinas. Pero puede quitarte el hambre, ser tu medicina, permitirte elaborar queso e incluso servir de combustible. No está nada mal. Quizás la próxima vez que los verás con otros ojos.