Podríamos decir que esta fruta es el adelanto del melocotón que está por venir. Junto con las cerezas, dan la bienvenida al verano. Porque, además, son una fruta de temporada de libro: de manejo delicado, no aguanta bien la conservación y está presente en los mercados por poco tiempo.
Por si fuera poco, nuestro protagonista, con su color anaranjado, a veces teñido de rojo y su piel aterciopelada, resulta el aperitivo perfecto ahora que comienza el calor y nos cambia el apetito.
Para que lo conozcas mejor dedicamos esta entrada al alberge, albérchigo, chabacano o damasco, tal como se le conoce en distintos lugares de España y otros países latinoamericanos. ¿Estas preparado?
Sobre su origen e historia
La mayoría de los albaricoqueros cultivados pertenecen a la especie Prunus armeniaca, que es la que se cultiva comercialmente en todo el mundo.
El albaricoque forma parte de la familia de las rosáceas. Como podemos deducir por su aspecto es pariente estrecho del melocotón (Prunus persica), pero también de las ciruelas (Prunus domestica), las cerezas y las guindas (Prunus avium y Prunus cerasus).

By BernardM – scanned from The Royal Horticultural Society Diary 2004, Public Domain,
Es originario de las zonas templadas de Asia, Corea del Norte o Manchuria y las primeras referencias sobre su cultivo se remontan al año 3000 a.C. en China. Desde ahí viajó a todos los rincones del mundo.
Los romanos lo llevaron a Europa llamándole “a praecox” ( que acabó derivando en “apricot” en inglés o abricot) porque florecía temprano en la primavera. Su nombre científico, Prunus armeniaca, hace referencia a que los romanos lo introdujeron en Europa desde el lejano Oriente a través de Armenia.
Albaricoqueros por el mundo
Aunque esta especie se cultiva en todo el mundo, la mayoría de la fruta producida procede del área mediterránea. Los principales países productores de albaricoques son Turquía, Uzbekistán e Irán, si bien estos se destinan prácticamente todos al mercado de albaricoque seco. La segunda zona productora importante son los países europeos que bordean el mar Mediterráneo (Italia, España, Francia y Grecia) que producen albaricoques para su consumo en fresco.
… y por España
Nuestro país ocupa el décimo puesto en la clasificación mundial, según datos de la FAO de 2023.
En España la superficie cultivada de albaricoquero se sitúa en torno a las 19 000 hectáreas. Los encontramos sobre todo en Murcia, seguida de lejos por Valencia y Zaragoza. En su inmensa mayoria (90%) se cultiva en sistemas de regadío.
¿Sabías que España es el principal proveedor de albaricoque a la Unión Europea y Reino Unido?
El cultivo del albaricoquero
Se trata de un árbol más bien pequeño, con una copa redondeada y una corteza gris con tonos rojizos en su juventud. Su floración es precoz, en marzo ya lo tenemos vestido de gala.
Se trata de una especie muy productiva, cuyos frutos se recogen y comercializa principalmente en mayo y junio.

Como en muchos otros frutales, el clima general de la región y de cada año puede resultad decisivo. Una parte muy importante de la producción de albaricoque en España procede de variedades de maduración precoz o muy precoz. Esto permite adelantarse a los mercados y colocar nuestros albaricoques en una época en que otros países competidores todavía no pueden hacerlo simplemente por razones climáticas. De esta manera se pueden conseguir mejores precios de venta. Pero en contrapartida, los cultivos son particularmente sensibles a las heladas y requieren inviernos muy suaves y variedades de muy bajas necesidades de frío invernal. Porque, sí, unos mas y otros menos, los frutales necesitan acumular un cierto numero de horas de frio en invierno para florecer y producir fruto adecuadamente.
¿Sabías que el color rojizo o “chapas” de algunos albaricoques no indica una mayor maduración? Está relacionado con la variedad y la insolación que reciben los frutos.
En las manzanas o las peras, casi todos somos capaces de reconocer distintas variedades – Golden, Royal Gala, Conferencia, Ercolina, etc. – sin embargo, ¿cuántos seríamos capaces de distinguir siquiera alguna variedad de albaricoque?
Existe una amplia gama, con colores de pulpa y piel del blanco al naranja, grandes y pequeños y diversidad de dulzor, acidez y aromas. Las variedades más cultivadas en España son “Bulida” y “Moniquí”.



La hora de la verdad: ¿Cómo elegirlo y conservarlo?
Como explicamos en esta entrada, el albaricoque forma parte de los llamados frutos climatéricos. Esto significa que sigue madurando una vez cosechado.
Este tipo de frutas climatéricas presentan la ventaja de que se puede cosechar en función de las necesidades del productor o la demanda del mercado, para poder almacenarlos en o cámaras donde controlar la humedad, la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono o la temperatura con precisión. En estos almacenes se puede jugar hasta cierto punto (retrasándola o acelerándola según interese); el problema es que el albaricoque lleva regular eso de que le manipulen su reloj y no no se consigue conservar en cámaras por largos periodos de tiempo, su comercialización y consumo se centra en estos mismos meses.
Como cada vez compramos más en supermercados, con prisas y sin mucha opción para elegir variedades, y tampoco disponemos de medios para controlar su maduración, habrá que trabajárselo un poco. Afortunadamente en Directo al paladar explican muy bien cómo hacerlo.
Resumiendo, te interesa saber que es una fruta delicada, a la que hay que tratar con cuidado. Un pequeño golpe o una presión fuerte con los dedos daña su piel y acelera el proceso de podredumbre. Por lo tanto, y este consejo vale para cualquier fruta o verdura, intenta comprar donde traten bien el género. Podemos saber si los albaricoques están en su punto cuando, al presionarlo suavemente entre dos dedos (suavemente, que no queremos fastidiarlos para el que venga detrás), se aprecia cierta consistencia blanda.
A la hora de comprar interesa elegir frutos coloreados, pero todavía firmes, para que aguanten en condiciones la manipulación y el transporte hasta casa. Huye de los que estén arrugados.
Como no es fácil encontrar una maduración uniforme habrá que clasificar los albaricoques en casa según su punto de maduración, dejando los ejemplares más firmes y duros a temperatura ambiente. Los que estén más tiernos y blanditos al tacto, que en teoría deberían desprender un aroma dulce y fragante, lo ideal es disfrutarlos cuanto antes. Recuerda que, al ser climatéricos, pueden pasar de estar firmes a estropearse en un abrir y cerrar de ojos. Así que conviene vigilar a los ya maduros, o en caso necesario almacenarlos en la zona menos fría de la nevera, dentro de una bolsa de plástico agujereada.
Curiosidades sobre los albaricoques
Es una fruta rica en b-carotenos. El b-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo, conforme éste lo necesita.
A diferencia del melocotón, la semilla del albaricoque apenas contiene el precursor del cianuro, por lo que no es venenosa. De hecho, se utiliza como materia prima, junto con las almendras, para elaborar el licor italiano amaretto.
Los “orejones” que tomamos sobre todo en navidad, son albaricoques desecados. Y aquí va una advertencia a los quimiofobos o a los que padecen intolerancia a los sulfitos. Para que conserven ese bonito color naranja, el sabor y la textura, se tratan con dióxido de azufre (E220). Hay también fruta no tratada con vapor de azufre, pero esta es de color pardo, con sabor más plano y una textura más gruesa.