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Ajo morado de las Pedroñeras

CONOCE EL AJO, PEQUEÑO EN EL CAMPO Y GIGANTE EN EL PLATO

Lleva túnica y no es un romano. Tiene dientes y no come. ¿de quien hablamos? Descubre más cosa sobre el cultivo de este ingrediente básico en nuestra comida.

¿Qué sería de nuestra gastronomía sin esta planta?

Las sopas de ajo en invierno y el gazpacho en verano nos hacen la vida más agradable. Y hasta hace no mucho suponían una importante fuente de ingresos para muchos agricultores. España es un importante productor de ajos a nivel mundial y el primero en Europa.

Dientes de ajo morado
Bonita foto de dientes de ajo morado. Tomada del Blog de los Hermanos Tribaldos como casi todas las que ilustran esta entrada.

En Castilla la Mancha (Cuenca y Albacete) y Andalucía (Córdoba) su cultivo tiene gran importancia social y económica. Sin embargo se enfrenta a varios desafíos importantes que han provocado una importante reducción de la superficie cultivada.

Somos muy partidarios de consumir producto local, y precisamente en el caso del ajo en España tenemos una gran calidad asombrosa. Y que mejor que este blog para contaros más sobre este cultivo tan antiguo.

¿Sabías que el ajo es uno de los cultivos más antiguos de la historia de la humanidad y actualmente es una de las especies más cultivadas y consumidas del mundo?

El ajo y la cebolla, más en común de lo que parece

Para ponernos en situación vamos a hablar primero un poco sobre la planta en sí. Aunque pueda parecer extraño, el ajo (Allium sativum) es un pariente muy cercano de la cebolla y tienen varias cosas en común.

Se cultivan por sus bulbos subterráneos que almacenan energía para la próxima temporada de crecimiento. La parte que nos comemos no son las raíces, ni siquiera los tallos. Son hojas engrosadas donde la planta acumula sus reservas.

Esta reserva de energía no se almacena en forma de almidón, como hacen las patatas, sino como polímeros de fructosa y explican el gran atractivo de la cebolla pochada o la facilidad del ajo para dorarse enseguida.

Eso que nos hace llorar

Ajos y cebollas poseen un olor sulfuroso y a menudo picante que disuade a los animales de ser comidos. Cuando la planta está entera no se nota, porque han desarrollado un ingenioso sistema en “kit”.

En la célula del ajo se guardan por separado la aliína, que es un aminoácido rico en azufre, y la alinasa, que es una enzima (una molécula que acelera las reacciones químicas). Cuando cortamos, machacamos o mordemos un ajo, estamos rompiendo las células y sus compartimentos. Por esto mismo estos dos componentes se encuentran y, ¡zas!, se activa una reacción en cadena en la que se forma la alicina, compuesto volátil e inestable responsable de todas las virtudes y defectos que se le achacan al ajo.

El cultivo del ajo

Lo que se aprovecha del cultivo es el bulbo subterráneo (la “cabeza de ajos” de toda la vida), formado por dientes unidos por su base y recubiertos por membranas – también llamadas túnicas – de color blanco o morado según la variedad. Cada cabeza puede tener de 6 a 12 dientes.

El ajo es una planta rústica que resiste bien el clima adverso. Soporta bien el fresco, de hecho, necesita muchas horas de frío en invierno y cuando se cultiva en climas fríos produce un ajo de sabor más intenso. Tampoco lleva mal el calor y la insolación, es más, mayo y junio han de ser calurosos para que el ajo se pueda secar una vez regado.

Respecto al suelo, es más exigente. Le gustan fértiles y que drenen bien el agua, ya que es muy sensible a los encharcamientos. Le van muy bien a los terrenos en los que la temporada anterior se han cultivado cereales de invierno (trigo, cebada, etc.).

Los agricultores “siembran” el ajo en otoño o invierno, según el clima de la zona y la variedad de ajo utilizada. Ya decían los antiguos que “no pase enero sin que plante ajos el ajero”, y es que necesita frío para germinar.

Lo ideal es que el diente de ajo se coloque con el pico hacia arriba, ya que si se hace al revés, el tallo tierno tendrá que gastar una parte importante de sus reservas en girar para alcanzar la luz. Todavía hoy algunos agricultores plantan a mano, aunque es una tarea muy laboriosa que se puede llevar entre 60 y 80 horas por hectárea. Hoy en día las sembradoras se han generalizado porque, aun siendo menos precisas que el hombre, hacen un trabajo similar al del hombre de una manera mucho más rápida, fácil y barata.

Ajo en cultivo de regadío
El ajo se puede cultivar en secano, pero lo común es producirlo en regadío para que sea rentable. Normalmente se utiliza el riego por aspersión.
abonando un cultivo de ajos
Como es un cultivo exigente en nutrientes se suele combinar la utilización de abonos orgánicos “madurados” e inorgánicos. Es importante aportarle azufre, para que pueda producir la alicina.
quitando malas hierbas en un cultivo de ajos
Para trabajar en el cultivo sin dañar las plantas ya crecidas, el tractor se “tiene que cambiar los zapatos”. Vamos, cambiar las ruedas anchas que vienen de serie para realizar trabajos de fuerza como arar, por unas estrechas para poder avanzar entre las líneas del cultivo.
La recolección de ajo se realiza en verano
La recolección se realiza en verano, según la variedad cultivada. Se espera a que la planta tenga la mayor parte de sus hojas secas y el suelo esté también suficientemente seco. Fuente: igpajomorado.es.
ajos secados en el suelo
Una vez sacados del suelo por la recogedora, se mantendrán unos diez a quince días en el terreno para que pierdan humedad. Es un momento muy delicado que, como en general todo el cultivo, depende de la climatología. de La cabeza ha de protegerse del sol directo.

Una vez recogido del campo se lleva a cabo el cortado del ajo, tarea manual que consiste en cortar los tallos de los ajos a 3 cm de la cabeza y eliminar las raíces. Es la labor que más mano de obra necesita. Una vez guardados en cajas, se llevan a la cooperativa, donde se preparan para su comercialización.

¿Nuestros ajos en problemas?

Actualmente el cultivo del ajo vive momentos inciertos en España. Todavía mantiene su posición en Europa, pero las hectáreas dedicadas a esta hortaliza han disminuido bastante.

Hay varias razones que lo explican. De una de ellas ya hemos dado pistas: si el clima no acompaña – por ejemplo que llueva cuando tiene que llover y en cantidad suficiente – esto afecta negativamente a los costes de producción y a la calidad de la cosecha.

En otras palabras que si se obtienen unas cosechas de calidad inferior, pero los costes son los mismos o mayores (gasoil, abonos, arrendamiento de tierras, etc.), se obtiene una menor rentabilidad en el cultivo. Si añadimos los problemas para encontrar mano de obra, el acceso limitado al agua y la pérdida de productos fitosanitarios para combatir ciertas plagas y enfermedades, y por si fuera poco se enfrentan a una fuerte competencia internacional, especialmente de China.

Con todas estas razones es fácil entender que muchos agricultores opten por cambiar a otros cultivos que les den menos problemas.

Breve guía sobre las variedades de ajo

Lo único que podemos hacer nosotros, para ayudar a los agricultores es comprar ajos producidos aquí. Para lo cual habrá que fijarse en la etiqueta. Y aprovechando la ocasión, vamos a contaros qué tipos de variedades de ajo es posible encontrar en el mercado habitualmente.

Las más importantes son: blanco, chino y morado. Cada una tiene diferentes proporciones de compuestos de azufre que dan lugar a diferentes sabores y grados de picante.

Ajo blanco

  • La cabeza es más bien grande, provista de 10 a 12 dientes recubiertos de túnica blanca. La cubierta exterior también es blanca.
  • El más común a nivel mundial.
  • Tiene un grado de picante medio
ajo blanco
Y pensar que hasta ayer creía yo que estos eran los ajos chinos

Ajo morado

  • Común en España, en particular en Castilla la Mancha.
  • Su cabeza es mediana, con 8 a 10 dientes de tamaño pequeño o mediano medio, con forma de media luna y carne de color blanco-amarillento.
  • Lo más importante, la cubierta por fuera es blanca pero las túnicas interiores son de un intenso color violeta o morado.
  • Tiene un gusto más picante y un sabor más intenso, hasta tres veces más que cualquier otro ajo, debido a su alto contenido en alicina.

Dentro del grupo de los ajos morados hay muchas variedades. Una de ellas es el famoso “Morado de Las Pedroñeras”, que por sus especiales características posee el distintivo de calidad “Indicación Geográfica Protegida”.

Ajo morado de las Pedroñeras
Ajo morado de las Pedroñeras. Fuente: https://ajomoradoigp.com/

Ajo chino

  • También llamado Ajo spring, es una variedad del ajo blanco.
  • Su cabeza es grande y achatada y de de color blanco con estrías moradas en el exterior. Tiene de 10 a 12 dientes, rectos y cubiertos por una túnica de un color rosáceo poco intenso.
  • Es el menos picante de los tres, por su menor contenido en alicina. Su calidad en general es menor y aguanta peor el almacenado.

No solo se produce en China, de donde es originario. De hecho, desde que se introdujo en España ha ido desplazando a las otras variedades. Esto se debe a que es mucho más productivo que los otros dos y más resistente a enfermedades. Además, las labores de cultivo son más sencillas y no coinciden con las de los otros ajos. Se recogen a principios de junio, de ahí el nombre de “spring”.

Ajo chino
He aquí al “intruso”: Cubierta blanca, pero con vetas moradas. Interior morado, pero no intenso. Y pensar que por tener color rosita ya creía que estos eran los buenos…¡qué atrevida es la ignorancia ¡ Fuente: tuberculos.org

Ajo contra los mosquitos y otros bichos

Lo mismo cuando Hipócrates dijo eso de “Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina” estaba pensando en esta humilde planta, a juzgar por la cantidad de beneficios para la salud que se le atribuyen. El hecho es que se trata de una planta muy valorada y utilizada por las civilizaciones más antiguas.

¡Atención huerteros y jardineros!, también sirve para ahuyentar un montón de plagas y evitar enfermedades. En este vídeo de “La Huertina de Toni” podéis ver como se hace un preparado de ajo para combatir pulgones.

Como curiosidad y de cara al verano, según la web del Ajo Morado de las Pedroñeras se ha demostrado científicamente que a las personas que comen ajo no les pican los mosquitos, ya que tras comerlos somos capaces de fabricar una sustancia activa que repele a los mosquitos y transpiramos a través de la piel. Así que en verano ya tenemos excusa para ponernos tibios de ajoblanco, alioli y demás.

Recapitulando….

  1. El consumo de ajo es estupendo para nuestra salud y la economía de nuestro país.
  2. El Ajo Morado de las Pedroñeras no se cultiva solo en esa comarca conquense. Para evitar enfermedades no se cultiva ajo año tras año en el mismo terreno, y como hemos visto que no le vale cualquiera, pues se buscan terrenos buenos en zonas cercanas. De esta manera, el cultivo se extiende a las provincias vecinas, pero manteniendo las exigencias para pertenecer a la IGP.
  3. Ni el chino tampoco viene necesariamente de China. Se trata de una variedad más productiva con la que, imaginamos, los chinos acaparan el mercado, pero también se cultiva en España.

En definitiva, si buscas la calidad a la hora de la compra, ante todo, busca el logo de la IGP. Si lo tuyo es comprar con conciencia, fíjate en la etiqueta para ver su origen. Y si vas a precio o en plan Victoria Beckham buscando ajos light, haz las cuentas y a lo mejor te sale más a cuenta un ajo blanco o uno chino-español.

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¿Por qué el ajo morado tiene IGP y no DOP?, ¿realmente qué significan esas siglas?. En EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE DOP E IGP EXPLICADO CON LEGUMBRES te lo contamos.

Si te estás planteando estrenarte en la huerta plantando ajos, lo mismo te interesan estas entradas de primero de Horticultura: ABECEAGRARIO: SUELO y ABECEAGRARIO: REGADÍO.

 

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