raja de melón

El MELÓN, REGALO DEL VERANO

En nuestro repaso por los productos de temporada ya tocaba hablar de un clásico que se presenta en múltiples formas, colores u sabores: el melón

Una de las frutas del verano por excelencia y un verdadero regalo de la naturaleza cuando encuentras uno en su punto exacto de frescor y dulzor. Quizás en España llevamos mucho tiempo acostumbrados a nuestro melón “Piel de sapo” de toda la vida e incluso lo vemos como una fruta humilde.

En cualquier caso, ¿dónde está el truco para conseguir un buen melón?: ¿en la variedad?, ¿en su origen?, ¿en su cultivo? Todo suma para conseguir un melón sabroso y en esta entrada te lo vamos a contar.

El origen del melón

Los melones son los frutos de la planta llamada Cucumis melo, que es pariente cercano del pepino (C. sativus), ambos originarios de las regiones semiáridas de Asia. Primer dato importante para entender por qué algunos ejemplares nos arruinan el postre con su sabor. Cosas de familia; de las cucurbitáceas para ser exactos, como la sandía, la calabaza o el calabacín.

No se sabe el origen exacto del melón pero sí que domesticó hace más de cuatro mil años en la región mediterránea oriental y en Asia occidental. Tanto tiempo bajo la atención del ser humano ha dado origen a numerosas variedades que se extienden por las regiones cálidas del mundo que cuentan con veranos secos y calurosos.

El cultivo del melón en España

A la planta del melón le gusta el calor, la luz y la humedad en el suelo; pero esta sin pasarse, que si no salen melones insípidos. Se adapta a distintos tipos de suelo, aunque evidentemente los prefiere fértiles. Con estos requisitos y con los medios actuales, las distintas variedades de melón se pueden producir tanto en invernaderos, en cultivos semiforzados (acolchados o túneles bajos) o directamente al aire libre, en regadío o en secano. Gracias a esta versatilidad en España producimos melón desde mediados de abril hasta noviembre en las distintas zonas productoras.

Almería se ha especializado en surtir, de abril a junio, al norte de Europa con variedades tempranas y extratempranas cultivadas en invernadero, como “Galia”, “Amarillo” y “Charentais”. Le sigue Murcia, que recoge de junio a agosto, las variedades “Galia” y “Amarillo” para exportar, y la “Piel de sapo”, que se queda en casa.

Antes de terminar en Murcia ya comienza la cosecha en Ciudad Real (en el triángulo Tomelloso – Argamasilla – Manzanares). Los agricultores de esta provincia son los mayores productores de melón de España, y están especializados en el cultivo de la variedad “Piel de sapo”, la más conocida por el consumidor español, que se cosecha de julio a octubre.

¿Sabías que existe una Indicación Geográfica Protegida (IGP), «Melón de la Mancha» que ampara los melones de calidad criados en esta tierra? Para los curiosos, en esta página cuentan cómo se cultiva con más detalle.

De todas maneras, puede ocurrir que los melones tempranos murcianos y almerienses les falta sol para llegar al punto de madurez óptimo y así lograr el dulzor necesario que demanda el consumidor y por tanto las cadenas de supermercados. Entonces pasa lo de siempre, que los melones que crecieron al solecito en el centro y sur de América y en Senegal, ocupan ese hueco.

¿Sabías que para conseguir un buen melón son imprescindibles las abejas, y cuanto más se paseen por la flor, mejor? Para que se forme bien el fruto es necesario que sobre el estilo de las flores femeninas germinen muchos granos de polen. Si esto no ocurre, saldrán melones pequeños, deformados y con pocas semillas.

Los famosos melones de Villaconejos

Algún avispado estará echando de menos a los famosos melones de Villaconejos: resulta que, por mucho que se afanen los “villaconejeros”, es imposible que en su pequeño término municipal o incluso en los alrededores, se produzcan la cantidad ingente de melones que dicen ser de allí. Sin contar que hay que ir cambiando de cultivos para que descanse el suelo y limitar el desarrollo de plagas.

Los melones de Villaconejos tienen su justa fama porque sus paisanos llevan desde hace muchísimo tiempo dedicándose al melón tardío cultivado en secano, es decir, frutas dulces por haber madurado en verano con poca agua. La familia al completo se desplazaba allá donde pudiera cultivar melón, permaneciendo allí (incluso en pleno campo, en chozas muy elementales) y cuidando del melonar hasta el momento de la cosecha.

Partiendo de variedades antiguas de melón verde – la variedad Piel de sapo de Villaconejos, el Largo negro, el Tendral…- cada familia llevaba a cabo su particular mejora genética y desarrollaba semillas con características propias y adaptadas a las condiciones de clima y suelo donde trabajaban los agricultores. De esta forma surgieron unas subvariedades de melón negro muy apreciadas, el “Mochuelo” y el “Puchero”, llamadas así por el paisano que tenía el “copyright” de esos melones.

Afortunadamente para los “villaconejeros” las cosas han cambiado mucho. Los abuelos criaron la fama y los nietos en vez de echarse a dormir, se han dedicado a almacenar, etiquetar y distribuir los melones “Piel de sapo”, que les llegan de Castilla la Mancha y Extremadura. En sus tierras siguen sembrando esta variedad en secano y, como no son tontos, para su propio consumo cultivan estas otras sabrosas variedades locales, difíciles de encontrar en el mercado.

¿Y si estos melones son tan apreciados, por qué no se cultivan más? Pues porque actualmente apenas hay demanda para unos melones demasiado grandes y que dan pocas pistas de cuándo están maduros.

Presentación de melones de Villaconejos
Unos melones de Villaconejos muy bien presentados. Fuente: Laura Serrano

Variedades para todos los gustos

Ya que hemos citado unas cuantas variedades, veamos sus principales características, para poder elegir en función de nuestros gustos.

Los melones más comunes en los países occidentales se agrupan generalmente en variedades de verano e invierno,

Los melones de verano, como el Cantalupo y el Galia, son muy aromáticos y perecederos, con corteza rugosa. Estos suelen ser frutos climatéricos (pueden madurar separados de la planta y dicho proceso es muy rápido) y contienen enzimas capaces de generar mas de 200 distintas sustancias responsables de su intenso aroma tan característico.

Por su parte, los melones de invierno —forman parte de este grupo los más habituales en nuestra despensa: el melón verde, amarillo, Piel de Sapo y Tendral son menos aromáticos, y tienen pieles lisas o arrugadas. Estos no son climatéricos, es decir necesitan madurar en la planta ya que no se pondrán dulces una vez cosechados; pero a cambio son más duraderos y tradicionalmente se podían conservar hasta navidad. De hecho, no es casualidad que en inglés al Piel de Sapo y similares les llamen melón de Santa Claus.

Carreteros de Villaconejos en Madrid
Foto antigua de cuando llegaban los carreteros con los melones a Madrid. 
Cortesía de Laura Serrano

Buscando un melón garantizado

Hoy en día, y no solo en cuestión de melones, parece que el sabor ha pasado a segundo plano. Para que guste a todos (agricultores, comercializadores y consumidores) ha de ser el melón perfecto: productivo, resistente a enfermedades, que aguante varios meses, con buen aspecto, no demasiado grande y por supuesto, rico.

Las modernas variedades híbridas (que no transgénicas, ojo) lo han conseguido, pero a costa de abandonar variedades autóctonas muy interesantes. Esto lo cuentan en un interesante post de Mercado Calabajío.

Esto no quiere decir que los melones híbridos salgan malos, todo dependerá del esfuerzo de agricultores y comercializadores en conseguir buenas semillas, en mimar los cultivos y los melones una vez cosechados. Un detalle importantísimo en este mundillo es saber cuándo están los melones en su punto justo de maduración, ya que como hemos visto una vez arrancados de la mata no van a mejorar precisamente.

Dos curiosidades meloneras

cultivo de melones Yubari king
¿Regalar melones por una ocasión especial? En Japón, si recibes un Yubari King puedes tomártelo como un verdadero cumplido. Son el equivalente frutal a los bueyes Kobe, y su sistema de cultivo es tremendamente estricto, solo un fruto por planta que recibirá la cantidad perfecta de sol y de sombra. Fuente de la foto.
kiwanos en un puesto de venta
El kiwano, también conocido como melón africano o pepino cornudo africano (Cucumis metuliferus), es una fruta exótica también perteneciente a las cucurbitáceas y originaria de África. Inconfundible gracias a su cáscara de color naranja brillante cubierta por grandes espinas blandas. Su pulpa, de color verde esmeralda, es gelatinosa y tiene un sabor que combina notas de pepino, kiwi y plátano. 
Aunque es una fruta tropical, se cultiva en España en la Axarquía de Málaga y en la Costa Tropical de Granada —todavía a pequeña escala —  gracias al clima suave y libre de heladas de esta zona. Su temporada va de agosto a octubre. Fuente: Ix kimiaranda – Own work, CC BY-SA 4.0,

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