Tuvimos la suerte de poder asistir a un viaje de prensa organizado por el Consejo Regulador de la D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla. Una ocasión estupenda de hacer muchas fotos con las que explicaros cómo se recoge la aceituna, y los pasos necesarios para la producción de aceite.
Quien coge la aceituna antes de Navidad, deja aceite en el olivar
Los refranes que antaño marcaban las labores del campo, hoy en día apenas tienen aplicación. Claro está, hay más factores a tener en cuenta a la hora de decidir cuándo se llevan a cabo. Por ejemplo, el refrán anterior nos habla de que, como antes se primaba la cantidad sobre la calidad. De hecho, se procuraba esperar lo máximo posible para que la aceituna tuviera una mayor cantidad de aceite. Eso suponía que en la cosecha se recogía tanto la aceituna de vuelo, aquella que los vareadores tiraban de las ramas, como la aceituna de suelo, es decir, las aceitunas que ya estaban caídas.
Recoger las aceitunas del suelo era una dura labor que correspondía casi en exclusiva a las mujeres. Horas y horas arrodilladas, recogiendo con cuidado las aceitunas del suelo, con el frío en los huesos, el dolor en la espalda y “deíles” fabricados con las cáscaras de las bellotas para proteger los dedos del roce con el suelo frío.
Saber esperar
Esperar mucho tiene sus ventajas, se obtiene más cantidad de aceite, pero también sus riesgos. De hecho, las aceitunas maduran demasiado y muchas caen al suelo. Esas aceitunas del suelo, sobremaduras, golpeadas y sucias, se mezclaban con las sanas de camino a la almazara, dando como resultado final un aceite de peor calidad.
Una manera sencilla de evitarlo es, por ejemplo, la que utiliza la cooperativa que visitamos. Establece tres momentos de recolección en función de los distintos tipos de aceite que comercializa:
- Las aceitunas de octubre para los aceites de alta gama.
- Las de noviembre para aceites gourmet o de media gama.
- Las de diciembre, ya más maduras, para aceites de gama “familiar”.
A día de hoy sí hay una tendencia clara a recoger cada vez más pronto porque se prima la calidad frente a la cantidad y porque se empiezan a notar los efectos del cambio climático.
Olivo, bruto, que a fuerza de palos da su fruto
Porque menudos meneos les dan a los pobres árboles. En el vídeo, un vibrador mueve el tronco del árbol mientras tres hombres armados de varas “rompen” la vibración, ayudando a las aceitunas a caer.
Hay diversas maneras de recoger la aceituna y la opción ideal depende de muchos factores: el tipo de olivar, la orografía y el tamaño de la parcela, los medios humanos y materiales con los que cuenta el dueño, entre otros. En este caso, visitamos un olivar cultivado en extensivo en plena Sierra de Segura (situada al noreste de la provincia de Jaén), en una zona con relieves suaves y formado por árboles más o menos jóvenes.
Trabajo en equipo
La manera de trabajar nos recordó mucho a un juego de equipo, en el que cada jugador tiene una actuación más o menos fija, pudiendo cambiarse en función de cómo se presente el partido. Cada uno asume una tarea y está pendiente de los demás, realizando el trabajo en equipo con la precisión de un reloj suizo.
Tarea para todos
Mientras, el resto de la cuadrilla, y en este caso las mujeres, se encargan del manejo de los paños adaptándose al ritmo de avance del vibrador y de los vareadores. Antes de que llegue el boogie “atroncan”, acercan los paños lo máximo posible al tronco de los olivos y “ponen la braga”. Esta tarea consiste en colocar un mantón (esos blancos que se ve en el vídeo) entre los paños para evitar que las aceitunas se cuelen por los huecos que pudieran quedar. Una vez están las aceitunas sobre el paño, con unos rastrillos se agrupan en el centro a la vez que se eliminan ramillas de cierto tamaño que caen junto con las aceitunas.
Dependiendo de los medios del propietario, el sistema de carga puede ser muy distinto, en este video podéis ver un recogedor de fardos acoplado al tractor tremendamente práctico.
La vida moderna
El trabajo en el olivar ha cambiado mucho y se ha hecho más llevadero, siendo las mujeres quizás quienes más lo hayan notado. Ya no hay que acarrear esportones llenos de aceituna, ni estar horas agitando la vara o arrodillado en el suelo. Otra gran ventaja es que, al tardar menos entre la primera y la última parcela recogidas, la cosecha obtenida es más homogénea en cuanto al grado de maduración de las aceitunas y esto permite un mejor control de la calidad a la hora de elaborar el aceite en la almazara.
Justo donde hemos quedado para continuar la próxima entrada; allí os esperamos.
Otras entradas que te podrían interesar:
ORO EN EL OLIVAR
ALGUNAS COSAS INTERESANTES SOBRE EL ACEITE QUE NADIE TE HABÍA CONTADO HASTA AHORA