El suelo piel de la Tierra. De la misma manera que la piel protege nuestro cuerpo, el suelo cubre la Tierra. Los hay diferentes colores, como nuestra piel, y van cambiando de aspecto al envejecer.
Son fundamentales para mantener el equilibrio ambiental y nuestra propia supervivencia. También lo son en la producción de alimentos. De hecho, tienen al año dos fechas señalas para recordarnos su importancia: cada 7 de julio celebramos el Día Internacional de la Conservación del Suelo y el 5 de diciembre el Día Mundial del Suelo.
¿Qué es?
Es la capa más externa de la corteza terrestre, formado a partir de la alteración de las rocas superficiales debido a la acción del clima (erosión por el agua, el hielo o el viento), por la disolución de los elementos químicos presentes en las rocas y por la actividad de seres vivos (plantas y microorganismos).
Su formación es un proceso muy lento, más aún si se trata de un buen suelo agrícola profundo y fértil. Por ello se considera que es recurso no renovable, ya que su pérdida y degradación no son reversibles en el transcurso de una vida humana.
¿Sabías qué son necesarios unos mil años para formar un centímetro de suelo?
¿De qué está hecho?
Una muestra media de suelo fértil contiene en torno a un 45% de minerales, un 25 % de agua, un 25 % de aire y un 5% de materia orgánica. Todos los componentes influyen en la calidad.
La fracción mineral procede de la alteración de las rocas. Dependiendo del tipo de roca del que procedan, las diferentes partículas minerales aportarán una textura característica: fina, gruesa, migajosa, rugosa o pegajosa dependiendo de la cantidad de limo, arcilla o arena que tenga. Esa parte mineral también es en gran medida responsable del pH, es decir, su carácter ácido o básico.
La materia orgánica que contiene, también llamada humus, está formada por materia orgánica en descomposición. Es un componente clave en la fertilidad. Todas estas partículas se pueden unir de distintas maneras según sea su composición, dando lugar a lo que conocemos como “estructura del suelo”. Es bueno cuando esas partículas se unen de tal manera que permiten la circulación del aire, pero a la vez son capaces de retener el agua (no demasiado) y a los nutrientes.
Es un pieza clave en la naturaleza
Los suelos juegan un papel crucial en el medio ambiente: acumulan y filtran el agua, reciclan los nutrientes, secuestran el CO2 de la atmósfera y ayudan a regular las inundaciones.
Son el soporte sobre el que se desarrollan la mayoría de las especies vegetales terrestres y dan cobijo y alimento a numerosas especies animales.
Los suelos juegan un papel crucial en el medio ambiente: acumulan y filtran el agua, reciclan los nutrientes, secuestran el CO2 de la atmósfera y ayudan a regular las inundaciones.
Es el soporte sobre el que se desarrollan la mayoría de las especies vegetales terrestres y da cobijo y alimento a numerosas especies animales.
¿Sabías que una cucharilla de suelo tiene más microorganismos que toda la población humana en la Tierra?
El suelo fértil es la base de la producción agrícola y ganadera.
Un suelo sano no solo nos presta servicios como la regulación del clima y la producción de oxígeno, también nos proporciona bienes: alimento, fibras, madera, combustibles y productos medicinales.
Los suelos y la vegetación trabajan en simbiosis. ¿Cómo? Un suelo fértil ayuda a las plantas a crecer al proporcionarles nutrientes, retener el agua suficiente para crecer y ofrecer el substrato para que se extiendan sus raíces. Las plantas, por su parte, silvestres o cultivadas, hierbas, arbustos o árboles, protegen y estabilizan al suelo frente a la erosión y le devuelven parte de la materia orgánica.
El 95% de los alimentos procede directa o indirectamente en nuestros suelos.
En los últimos 50 años, los avances agrícolas han permitido aumentar la producción de alimentos, pero en ocasiones con un impacto negativo sobre los suelos y el medio ambiente. De forma paralela, han surgido alternativas, como la agricultura de conservación y la agricultura ecológica que promueven la protección y el mantenimiento de suelos sanos.
Un recurso amenazado.
Los suelos están sometidos a una presión cada vez mayor: la sobreexplotación, la agricultura, la silvicultura, el pastoreo y la urbanización compiten por su uso, pero sin contribuir a su sostenibilidad. Si a esta presión excesiva le añadimos los fenómenos climáticos extremos y la contaminación por diversas causas, la consecuencia es preocupante: cada vez tenemos más suelos degradados.
Afortunadamente, existen herramientas para darle la vuelta a la situación, como se muestra en esta estupenda infografía.
¿Sabías que una tercera parte del suelo en el mundo está degradado debido a la erosión, el agotamiento de los nutrientes, la acidificación, la salinización, la compactación y la contaminación química?
Y, después de haceros leer la entrada os dejo un estupendo resumen animado de la misma FAO.